Los embriones dividen a los republicanos de Estados Unidos

Los reparos sobre el uso terapéutico de embriones humanos expresados por el presidente norteamericano, George Bush, han dividido incluso a los sectores más conservadores de su propio partido. Un grupo de senadores republicanos, entre los que se encuentra el reconocido antiabortista Orrin G. Hatch, ha señalado a Bush que el uso terapéutico de embriones es 'compatible con los más firmes valores de apoyo a la vida y a la familia', según informaba ayer The New York Times. Otros consejeros de Bush, sin embargo, temen el escándalo de los votantes, los grupos antiaborto y la jerarquía católica si la Casa Blanca apoya esas investigaciones.

La administración Bush está profundamente dividida sobre si debe prohibirse el apoyo federal a las investigaciones que impliquen el uso de embriones humanos. Pero, en cualquier caso, esos experimentos son legales en EE UU, y nada impide que las empresas privadas los lleven a cabo, atraídas por la previsible explotación económica de cualquier terapia basada en las células madre.

Con el parón legal anunciado ahora por Francia, el país mejor situado para investigar con embriones humanos es el Reino Unido. El pasado diciembre, la Cámara de los Comunes aprobó por amplia mayoría -pese a votar con libertad de conciencia- la clonación terapéutica de embriones humanos.

En España, PSOE, CiU e IU apoyan la clonación terapéutica, pero el PP se opone con el argumento de que hay prometedoras alternativas.