Los grandes cineastas y sus herederos se vuelven a reunir en el Festival de Cannes
David Lynch, el hijo de Coppola, Joel Coen y Jean-Luc Godard competirán por la Palma de Oro
La programación de Cannes da que pensar. Dentro de la llamada competición, un apartado que incluye 33 películas de las que nueve no compiten por ninguno de los galardones, figuran los nombres de cineastas como Abbas Kiarostami, Francis Ford Coppola, Shohei Imamura, Ermanno Olmi, Manoel de Oliveira, Martin Scorsese, Joel Coen, Hou Hsiao-hsien, David Lynch, Nanni Moretti, Jean Luc Godard o Jacques Rivette. Son cineastas consagrados que además, por una u otra razón, ya han sido premiados por el festival. Otros, como Roman Coppola o Moshen Makhmalbaf, recuerdan que el cine es una artesanía que se transmite de padres a hijos, pues el primero es el retoño del gran Francis -que acude con su Apocalypse Now de 1979 con un montaje que incluye 53 minutos más-, mientras que el segundo es el papá de Samira, premio del jurado el año anterior.
La renovación o relevo, que no siempre es innovador, la encarnan otros nombres, entre ellos el de Marc Recha, y el autor de Pau y su hermano, un cineasta que bebe en las fuentes de Rossellini y Bresson y que con su tercer largometraje hace entrar el idioma catalán dentro de la competición del Festival de Cannes. Entre los nuevos está también Danis Tanovic, con No man's land, que incluye la bandera bosnia entre las que han ondeado en la Croisette; Michel Gondry, un francés afincado en EE UU que aplica su gran experiencia de publicitario a Human nature, o Catherine Corsini, que en La répétition dispone por primera vez de un presupuesto adecuado a su ambición.
Bailarina
La sesión inaugural se la han reservado al australiano Baz Luhrmann, que en Moulin Rouge evoca el París de Toulouse Lautrec visto a través de los ojos de Nicole Kidman, supuesta bailarina de can-can, mientras que la de clausura la compartirán Raúl Ruiz, con Les âmes fortes -una adaptación de un texto de Jean Giono-, y Martin Scorsese, con Il mio viaggio in Italia, un documental cinéfilo y muy personal, como su título indica, sobre cómo el cineasta italo-americano descubre el país de sus abuelos de la mano de Rossellini, Visconti, Pasolini y otros muchos grandes nombres del cine transalpino posterior a Mussolini.
Un festival como Cannes también son sus estrellas. Los últimos años su brillo había ido apagándose, pues las top models y los futbolistas les habían robado el puesto a los actores en lo de atraer multitudes. La tendencia se invierte desde el momento en que las bellas de una marca de maquillaje que patrocina el certamen serán Virginie Ledoyen, Andie McDowell, Claire Forlani, Laetitia Casta o Milla Jovovich, mujeres que también han sabido asomarse a la pantalla por algo más que su físico.
Entre las figuras esperadas están Melanie Griffith y Antonio Banderas -él rodará una secuencia del último Brian de Palma aprovechando el barullo festivalero-, Nicole Kidman, Charlotte Rampling, Isabella Rossellini, Myke Myers, Franka Potente, Catherine Deneuve, Ewan McGregor, James Gandolfini, Isabelle Huppert, Benoît Magimel, Sean Penn, Emmanuelle Béart, Laura Morante y, quizá, Jack Nicholson son algunos de los nombres célebres que han dicho que se dejarán ver por Cannes. Marlon Brando, después de un largo tira y afloja sobre condiciones económicas y de albergue, ha dado marcha atrás, por razones de salud, a su anunciado viaje.
Hollywood
Cannes 2001 intenta reconciliarse con Hollywood y los grandes estudios. De ahí que Shrek, una cinta de animación, figure dentro de la selección -es una producción de Steven Spielberg- o que Moulin Rouge abra el baile. Los programadores rechazaron, en cambio, Le fabuleux destin d'Amelie Poulain, cinta de Philippe Jeunet que ya ha atraído a casi dos millones de espectadores sólo en Francia en apenas dos semanas de programación y que, por una vez, también ha obtenido el voto unánime de la crítica.
El festival ha intentado corregir el tiro y organizar un pase de Le fabuleux destin d'Amelie Poulain al aire libre, en sesión especial, pero Jeunet, de momento, no ha confirmado su asistencia ya que, según ha dicho, no está dispuesto a prestarse al juego después de haber sido marginado.
La edición de este año es, sobre el papel, tan prometedora como conservadora. El número de cineastas que ha cumplido los 70 figurando en competición debe ser el más alto de las últimas décadas, pero eso también puede ser garantía de calidad y exigencia. La moda joven queda atrás.
El festival intenta, en cambio, innovar reduciendo su dimensión, cortando en su gigantismo. El número de acreditaciones se verá reducido. Por último, una noticia inquietante sobre el jansenismo del comité seleccionador: sus miembros tienen que dormir ocho horas seguidas cada noche, no beber, comer con moderación, hacer deporte y no tener problemas personales.
Babelia
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