Marruecos propone la revisión del acuerdo agrícola con un plan que perjudica a España
Rabat quiere exportar tomates sin límite a la UE y acepta más carne y leche del Reino Unido y Francia
Marruecos ha planteado a la Unión Europea libertad prácticamente total para la exportación de tomates en el marco del nuevo acuerdo en materia agrícola que debe negociarse entre ambas partes a partir del próximo mes de junio. Ésta sería una de las principales propuestas presentadas por los representantes de Marruecos a una delegación comunitaria en una reunión preparatoria celebrada el pasado mes de abril en Rabat.
Marruecos pretende que el nuevo acuerdo esté ultimado en septiembre para su entrada en vigor en octubre y su aplicación desde el inicio de la nueva campaña de exportación. Como contrapartida, Rabat aceptaría mayores importaciones de productos comunitarios, como cereales, carnes, leche y oleaginosas, donde los principales países beneficiados serían Francia, Reino Unido y Holanda.
Las negociaciones para la renovación del acuerdo agrícola entre la Unión Europea y Marruecos deberían haber culminado el pasado año para su entrada en vigor desde el 1 de enero de 2001. Sin embargo, esas negociaciones se retrasaron para no coincidir con las referidas al acuerdo de pesca.
Importaciones de la UE
Actualmente, el acuerdo en materia agrícola con Marruecos contempla, entre otras producciones secundarias, la importación comunitaria de 150.676 toneladas de tomate entre los meses de octubre a abril. Para la entrada de ese volumen de tomate en los mercados comunitarios, el protocolo contempla una distribución de cuotas por meses, que supone la venta de 5.000 toneladas en octubre, 18.671 toneladas en noviembre, 36.170 toneladas en diciembre, 30.749 toneladas en enero, 33.091 toneladas en febrero y 27.065 toneladas en marzo.
Estas cifras se pueden superar mensualmente hasta un 20%, pero se deben reducir los envíos en los meses siguientes. Para la admisión de ese volumen de tomate existe un precio de entrada con arancel reducido que asciende a 46 euros por cada 100 kilos, equivalentes a unas 76 pesetas por kilo en frontera.
Marruecos planteó hace un año una interpretación del acuerdo por la cual podía exportar tomate sin limitaciones por encima de esas cifras, pagando los correspondientes aranceles. Bruselas rechazó en su día esa petición e impuso los certificados a las importaciones para lograr un mayor control sobre las mismas.
Con vistas a las nuevas negociaciones, Marruecos ha vuelto a reclamar la reinterpretación de ese acuerdo al solicitar prácticamente libertad en las entradas de tomate a los mercados comunitarios.
Para los responsables de la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), esa concesión supondría la ruina para los productores comunitarios, y fundamentalmente los españoles, que son los primeros perjudicados. Los agricultores españoles denunciaron en los últimos años la superación de las cuotas de exportación y el escaso control en frontera, tanto de los volúmenes de entrada, como de los precios controlados por Bruselas. En opinión de los productores españoles, como ha sucedido en el pasado, un aumento de las exportaciones de tomate marroquí supone la caída de los precios en los mercados.
Para la Fepex es indispensable que Marruecos haga una mayor diversificación de sus producciones y que no concentre todo su esfuerzo en el tomate, en cuanto ello es negativo para todo el sector. Esta organización sectorial denuncia que el interés en la exportación solamente de tomate es consecuencia de la existencia de grandes grupos económicos en ese país ligados a las familias más poderosas y a la propia casa real, que tienen en este producto un gran negocio. Entre esas empresas se hallan Delassus, Agrissous, Dominios Reales, Sodea y Salam.
La balanza comercial agroalimentaria entre la UE y Marruecos es favorable a Rabat. En 1999, las ventas de Marruecos a la UE ascendieron a 181.000 millones de pesetas, frente a unas importaciones de la Unión Europea de 77.000 millones de pesetas. Las principales exportaciones de Marruecos son de pescado fresco y frutas, mientras que las exportaciones comunitarias se centran en cereales y oleaginosas.
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