Los presupuestos para proyectos de I+D crecen por debajo de la inflación
El pasado 31 de enero se hizo pública la convocatoria de proyectos de investigación para el año 2001. Desde el ministerio no se dudó en afirmar que los investigadores iban a recibir una cantidad adicional de recursos, cifrada en un impreciso 10% de incremento para todos los conceptos, pero no se informó ni de las cuantías específicas ni de su origen. Tres meses más tarde, los números, aunque todavía confusos, han empezado a aflorar. La convocatoria ha contado con una dotación oficial de unos 35.000 millones de pesetas, de los cuales, indica el ministerio, 23.000 corresponden a la financiación de nuevos proyectos. La cantidad supone 'un aumento del 50%' con respecto al año anterior, según fuentes ministeriales.
Pero la comparación con los datos de 2000 no da pie a dudas. La suma de las partidas destinadas a dotar al Programa de Promoción General del Conocimiento (PGC) y de los distintos programas nacionales, financiados con el llamado Fondo Nacional, arroja cantidades parejas: 31.760 millones para el presente curso y de 31.001 para el anterior. La diferencia es apenas un 2,47%, muy por debajo de la inflación, que cabalga sobre el 3,8%. Por otra parte, el PGC, del que se nutre esencialmente la ciencia básica, ha disminuido de 9.130 millones a 8.674 millones, prácticamente un 5%. ¿De dónde surge entonces el incremento?
Manuel de Hermenegildo, director general de Investigación en el ministerio, argumenta que el aumento en las dotaciones procede de una reorganización de partidas presupuestarias con las que se ha formado una gran bolsa de donde se extrae el dinero preciso para cada concepto. La bolsa se ha formado con la suma de tres grandes partidas, las nombradas en los presupuestos con las numeraciones 541A (PGC, dotado con 8.674 millones, y fondo para becas, con 9.808), 542A (Fondo Nacional, con 23.096) y 542M (grandes instalaciones, con 5.692). Del total, 47.270 millones de pesetas, surgen 'nuevas partidas' para el pago a proyectos, dice de Hermenegildo.
Áreas priorizadas
La novedad con respecto a anteriores campañas, según de Hermenegildo, reside en al menos otros dos aspectos diferenciales. No sólo se ha conformado una gran bolsa, indica, sino que en las llamadas áreas priorizadas han podido incluirse proyectos de investigación básica y aplicada sin tener que cursar solicitudes a programas nacionales distintos. Asimismo, destaca un uso 'más eficiente' de los fondos estructurales europeos, en especial del Fondo Social Europeo, destinado fundamentalmente a becas, y de FEDER, para proyectos de investigación, que 'asegura una mayor disponibilidad' de recursos.
Desde sectores críticos, el uso de una bolsa común formada con presupuestos de distinto origen se interpreta como una 'argucia contable'. Desde el PSOE, Jaime Lissavetzky, vicepresidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología en el Congreso, habla de 'ingeniería financiera' y de opacidad. 'Es el menos científico y más opaco de los ministerios', denuncia. El PSOE ha reclamado en varias ocasiones estos mismos datos al ministerio sin obtener respuesta. Recientemente, Ramón Marimón, secretario de Estado de Política Científica y Tecnológica, no acudió a una comisión parlamentaria convocada para tratar de este tema.
En los proyectos de investigación financiados con fondos FEDER puede surgir, advierten destacados investigadores, un problema de mayor calado por tratarse, en su gran mayoría, de subvenciones a trabajos plurianuales (generalmente a tres años). La cuantía de las anualidades, además, ha ido modificándose en los últimos años, de modo que la primera ya no es la más abundante.
'Anticipos'
El mayor uso de estos fondos obligará a la Administración a avanzar el dinero a la espera de la subvención, algo que, según de Hermenegildo, está previsto en los 'anticipos' de los propios fondos. Cuando ello no sea posible, afirma, será el ministerio quien realice el pago. Los fondos estructurales representan 'un cuarto' del total, unos 12.000 millones de pesetas, aunque en círculos próximos al ministerio se habla de proporciones mayores.
También suscita dudas el dinero destinado a nuevos proyectos. Según distintas fuentes, de los 23.000 millones presupuestados habría que retraer, entre otras, las partidas correspondientes al pago de cuotas en programas internacionales o el mantenimiento del buque oceanográfico Hespérides. Los cálculos son imprecisos, pero buena parte coinciden en que quedarían para nuevos proyectos de 12.000 a 15.000 millones de pesetas. La cantidad, aunque ligeramente superior, no difiere en exceso de la destinada en 2001 al mismo concepto.
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