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Las universidades rechazan comprometerse ahora a crear puestos fijos de investigadores

Los centros ven imposible afrontar en unas semanas la planificación que exige el ministerio

Marimón presentó su plan, llamado Ramón y Cajal, el pasado día 18, y aseguró que garantizaría que habría plazas para los investigadores, tras esos cinco años de contrato: lo haría exigiendo a los centros receptores que presentasen, antes del próximo 8 de mayo, 'una planificación de puestos de trabajo estables, para comprobar que sus intenciones a largo plazo coinciden con los contratos que se piden ahora', explicó.

Esta promesa de estabilidad le permitió esquivar las críticas por no cumplir su promesa de meses atrás: que los contratos para los doctores serían de 5+5, es decir, tras superar una evaluación a los cinco años el contratado se renovaría por otros cinco. En la versión final del plan el 5+5 se ha borrado sin explicación, pero no había que preocuparse: a cambio se crearían más plazas fijas para investigadores.

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El diáfano mensaje verbal del secretario de Estado queda muy diluido en el plan por escrito. La petición a los centros de 'coherencia' de 'hacer los números' no figura en el plan, y sólo hay una referencia marginal en un punto al final del anexo IV, donde los centros deben rellenar la casilla Estimación del esfuerzo de incorporación de investigadores (...) a la plantilla del centro de I+D en los próximos años 2002-2008. La implicación de las CCAA también hay que buscarla en otro anexo, donde al pie se lee: 'El centro de I+D declara que (...) en la medida en que dicha cofinanciación o las previsiones futuras de evolución de las plantillas dependa de una Comunidad Autónoma ésta ha sido consultada'.

Planificación

El pasado viernes se reunieron una vez más los vicerrectores de investigación de las universidades y responsables de centros de investigación con el director general de Investigación, Manuel de Hermenegildo. Los vicerrectores plantearon que no podían hacer la planificación, exigieron que no se tuviera en cuenta en el futuro lo que se pusiera en las casillas de esos anexos y pidieron que 'en ningún caso se considere un compromiso', según dijo tras la reunión Manuel Norte, de la Universidad de La Laguna. Norte confesó que ni siquiera ha hablado del tema de las plazas con su gobierno autonómico, lo que hace imposible que éste se comprometa a nada. Más aún, tampoco le dará tiempo para un acuerdo sobre las áreas de investigación que el Gobierno canario desea potenciar (y en las que se deberían solicitar más contratos): 'Me han dicho que primero tienen que hablar con el Ministerio, y luego ya veremos', explica Norte, que aún no sabe cuántos contratos podrá solicitar su universidad. Otros vicerrectores han relatado reacciones similares de sus gobiernos, molestos por no haber sido consultados con más antelación.

Incluso en Cataluña, donde la política científica está más perfilada y las universidades han estimado que podrían solicitar unos 200 contratos, 'lo de la estabilidad está en el aire', según el vicerrector de Investigación de la Universidad de Barcelona, Marius Rubiralta. 'No hay ningún compromiso', precisó. Antes de llegar a algo así, explicó, deberá estudiarse la evolución de las plantillas y las demandas de plazas por los estudiantes; por ejemplo se espera que un 20% de los catedráticos de la Universidad de Barcelona se jubilen en breve, y se constata un descenso de estudiantes. Ambos fenómenos los ha observado también en Madrid el director general de Investigación de esta comunidad, Francisco Rubia, que no cree posible hacer planes serios en tan poco tiempo: 'Puede que no haga falta ni siquiera crear más plazas', reflexionó.

En Valencia la historia se repite. El responsable de Ciencia y Tecnología de la Generalitat valenciana, Javier Quesada, señala que también renuncia a planificar las plazas fijas para la primera covocatoria de 800 contratos Ramón y Cajal, 'lo que no significa que no lo vayamos a hacer en las siguientes'. 'Estamos ahora diseñando el Plan Valenciano de I+D', agregó, 'y los recursos humanos los consideramos prioritarios. No podemos planificarlos en unos días'. Invertirán en ello varios meses. Y lo mismo con las áreas de investigación: 'En esta convocatoria asumiremos lo que decidan las universidades porque no hay tiempo para otra cosa'. Cree que Valencia podría pedir unos 70 contratos.

Tales respuestas no casan con la cita de Marimón: 'Es un programa de participación voluntaria. Les pedimos que si participan, lo hagan con conocimiento'. Su petición de 'coherencia' obligaría a los centros a no participar en el programa.

Una investigadora trabaja en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.
Una investigadora trabaja en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.JULIO FOSTER

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