'Hemos resistido las presiones y los amedrentamientos'

Alejandro Miró Quesada (de 55 años) ha resistido, desde la dirección de El Comercio de Lima, las embestidas de lo que denomina 'autocracia fujimontesinista'. El diario peruano, sus profesionales y sus directivos han estado en el punto de mira durante los años en los que Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos llevaron con mano férrea las riendas del país. 'Hemos pasado por épocas muy duras y sufrido riesgos evidentes. El periódico ha tenido que afrontar agresiones, pero hemos sobrevivido. Otros cedieron a las presiones, el miedo o la plata', comentó ayer Miró Quesada, tras conocer el fallo del jurado.

Por eso, el bisnieto del fundador del diario peruano agradeció doblemente la concesión del Ortega y Gasset. 'Es un premio a los esfuerzos, sacrificios, presiones y amedrentamientos que durante tantos años hemos sufrido los periodistas y los directivos', expresó con satisfacción no disimulada desde Madrid, donde le sorprendió el premio concedido por el diario EL PAÍS. 'Para nosotros, recibir este galardón es un inmenso placer y un honor', agregó.

Fujimori y Montesinos tenían motivos para arremeter contra El Comercio. En sus páginas se destapó 'la tremenda mano sucia' que se escondía tras la candidatura del ex presidente de Perú. 'Demostramos que durante la campaña electoral falsificó un millón de firmas', recuerda el director de El Comercio. Y ahí empezaron las amenazas y las llamadas telefónicas intimidatorias. Después llegaron los disparos a los periodistas. 'Hemos pasado ya antes por estas cosas. Tememos la cultura de la supervivencia', dice. En El Comercio se sabe bien lo que son los disparos a la libertad de prensa. En los años treinta, el entonces responsable del periódico, tío abuelo del actual, fue abatido a tiros.

Pero el periódico, fundado en 1839, ha sabido aguantar las maniobras en su contra dirigidas desde el poder. El Comercio mantuvo su línea editorial: independiente y no sumisa al Gobierno. 'Hubo una decisión que fue esencial: si nos dejamos amedrentar siquiera un poquitín, es el principio de nuestro fin. Ceder un poquitín hubiera significado que éramos vulnerables', recuerda.

El Comercio, y su emisora de televisión por cable Canal N, dieron a conocer los vídeos de Montesinos sobornando a políticos peruanos, unas imágenes que le costaron el cargo a la mano derecha del ex presidente peruano. Destapar estos vídeos supuso para los periodistas del grupo 'grandes riesgos', porque en Perú 'no hay un poder judicial que nos pueda defender. La única defensa es la opinión pública'.

El jurado de los premios Ortega ha valorado la prolongada trayectoria de independiencia de El Comercio y su resistencia frente al régimen autoritario de Fujimori, así como su contribución a la formación de una opinión pública libre.

El Comercio de Lima tiene a sus espaldas una larga historia. En sí mismo, es un reflejo del último siglo y medio de la historia Perú. Fundado en 1839, se ha convertido en el segundo periódico más veterano de América Latina y en uno de los de mayor influencia en el continente.

Pero no sólo ha sufrido los excesos de la era Fujimori. Durante seis años (de 1974 a 1980), la cabecera fue incautada y el Gobierno de turno colocó a personas de su confianza para dirigirlo. En su defensa de la independencia y la libertad de información, Miró Quesada se ha guiado por una enseñanza que recibió de su abuelo: 'El periodismo, según como se ejerza, puede ser la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios'.

El Comercio ha apoyado su línea editorial en el orden, la libertad y el saber. Y con el paso de los años ha incorporado los valores de independencia y veracidad, conceptos 'que simplemente actualizan una vocación de producir y enriquecer el constante diálogo público', según expresan sus responsables.

Un diario 'insobornable'

Desde sus páginas, se ha comprometido en la defensa de las instituciones democráticas y ha sido inflexible a la hora de arremeter contra las injusticias sociales o la corrupción política. 'No se debe al azar que El Comercio sea el registro puntual e insobornable de casi toda nuestra historia republicana. A lo largo de 160 años ha tenido que sortear muchas tempestades, sufrir injusticias y atropellos, perder trágicamente a uno de sus directores, mientras otros han tenido que renunciar a muy altas posiciones políticas dentro de la vida nacional para que El Comercio no comprometiera su independencia, que ha sido y es su mejor blasón, su atributo más honroso', reseña el diario en su versión digital. El periódico se apoya en la solidez económica para garantizar su independencia. El 99% de las acciones están en manos de la familia fundadora y son ya seis generaciones las que poseen títulos en el diario limeño.

Salvaguardar la independencia del diario, y la de los directovos, es uno de los objetivos marcados por la actual dirección. Ningún alto cargo de El Comercio puede trabajar para empresas extranjeras o para el Gobierno, con la única excepción de la enseñanza. Y en el proceso electoral que actualmente vive Perú, la línea editorial es equidistante. 'Tenemos muchas preocupaciones por el pasado de Alan García y observamos la falta de consistencia de Alejandro Toledo', dice Miró Quesada.