EE UU presiona hasta el último momento a Rusia para que posponga el viaje a la ISS
Los fallos en los ordenadores impidieron ayer completar la misión del transbordador
La NASA aprovechó el problema creado esta semana con los ordenadores de control estadounidenses en la ISS para tratar de convencer a los rusos de que era peligroso enviar la 'expedición de visita', compuesta por Tito, Talgat Musabáyev y Yuri Baturin. Pero los rusos ya habían dicho el día anterior que los fallos de las computadoras norteamericanas no impedían un acoplamiento seguro, y que los sistemas vitales de la estación espacial funcionaban normalmente, puesto que se encuentran en la parte rusa, en la que no había ningún problema.
Más tarde, EE UU dijo que el Endeavour, atracado a la estación, no partiría de regreso hoy, como estaba previsto, sino que permanecería acoplado otros dos días, lo que complicaba la llegada de la Soyuz a la ISS. Si la Soyuz trata de atracar al complejo orbital antes de que el transbordador se haya ido, la nave rusa tendrá que pasar muy cerca de la cola del Endeavour, con el peligro que ello encierra, señaló Phil Engelauf, director del vuelo de los norteamericanos. La respuesta de Moscú fue contundente.
'No hay motivos que obstaculicen el lanzamiento, a la hora prevista, de la nave pilotada Soyuz desde el cosmódromo de Baikonur', declaró ayer Yuri Semiónov, del consorcio espacial Energuia durante una conferencia de prensa en Baikonur. Y comentando la petición hecha por la NASA de aplazar el vuelo de la Soyuz debido a los problemas surgidos en la ISS, dijo que los argumentos de los estadounidenses no eran serios. Más aún: Semiónov acusó a la NASA de no tratar a los rusos como socios y de pretender dictar sus condiciones, lo que significa subestimar el papel de Rusia en la ISS. El nuevo complejo orbital no puede existir sin Rusia, subrayó Semiónov, quien hizo notar que los módulos rusos funcionaban sin problemas. El trabajo en la ISS, según Semiónov, tampoco sería posible sin las naves rusas pilotadas Soyuz y las de carga Progress.
Las tensiones parecieron disminuir cuando el portavoz de la Agencia Espacial de Rusia, Serguéi Gorbunov, anunció que la NASA ya no insistía en que se aplazara el lanzamiento de la Soyuz y que los problemas en el módulo estadounidense Destiny habían sido solucionados. Pero a los pocos minutos, el estadounidense de origen mexicano Carlos Fontanot, portavoz de la NASA en Moscú, desmintió las declaraciones rusas. Fontanot dijo a este periódico que el proceso para comprobar lo que había sucedido con los ordenadores era largo e insistió en que no es prudente que la Soyuz trate de acoplarse a la ISS mientras el Endeavour todavía esté allí.
A última hora de ayer, sólo uno de los tres ordenadores centrales de la ISS funcionaba correctamente. Un segundo estaba en camino de hacerlo. Hasta que no estén totalmente operativos dos de ellos no se puede comprobar el funcionamiento del brazo robótico canadiense recién instalado en la estación y no se le puede ordenar que entregue al brazo robótico del transbordador el contenedor en el que viajó al espacio para que sea devuelto a tierra en la bodega del Endeavour. Es decir, el transbordador no puede completar su misión.
Todo este revuelo no parece haber hecho mella en el culpable del conflicto: Tito. 'Nunca en mi vida me había sentido mejor', dijo ayer el financiero californiano, quien opinó que 'el vuelo ya está fijado y el conflicto ha terminado'. Tito, que apareció en Baikonur con su compañera Dawn Abraham, agradeció a los pueblos de Rusia y Kazajstán por haberle 'ayudado a superar las dificultades creadas por los problemas políticos' entre Washington y Moscú.
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