Juan Antonio Masoliver caricaturiza la sociedad literaria en su novela 'La puerta del inglés'

Juan Antonio Masoliver Ródenas acaba de publicar una novela, La puerta del inglés (El Acantilado), en la que prosigue el camino marcado por sus libros anteriores, Beatriz Miami y Retiro lo escrito. Una vez más, Masoliver sorprende con un alarde que incluye desde aforismos de gran lucidez hasta locuras en las que se permite dar un repaso al panorama de los críticos y autores de la España de ahora mismo.

En su sátira de la sociedad cultural, Masoliver cita a personajes del mundillo, algunos con su propio nombre y otros con nombre aproximado. 'A los que cito con su nombre, como Alberto Blecua y Pere Gimferrer, quiere decir que los respeto', dice. 'También respeto a Vila-Matas, aunque lo cite como Vila Amat, que suena más medieval. Otros, en cambio, como en el caso de Gracia Pesada, el respeto ya no entra. De todos modos, el desafío consiste en ser capaz de alejarse de la realidad y de crear situaciones absurdas en las que el lector se diga: pues pudo ser así'.

Si bien las dos novelas anteriores las publicó Masoliver en Anagrama, ésta aparece en El Acantilado. 'Respeto a Herralde como editor, pero le vi incómodo con este libro, quizá porque es un poco agresivo con la sociedad literaria. Sospecho que le disgustaba por cómo me meto con los críticos y por eso no ha querido publicarlo'.

Sobre el momento literario actual, Masoliver opina: 'Hay mucha dinámica cultural, pero la calidad literaria es otra cosa. Hay cuatro autores realmente buenos, como Javier Marías, Álvaro Pombo, Juan José Millás y Enrique Vila-Matas. Éstos son nombres que definen una buena literatura en un momento determinado'.

Se queja Masoliver de algunos vicios recientes de la sociedad literaria y afirma estar de acuerdo con la opinión de Juan Goytisolo sobre el último Premio Cervantes. 'Veo indicios claramente franquistas', dice. 'El mundo cultural oficial está desligado de lo que pasa fuera de Madrid. Creo que Goytisolo fue incluso blando. Los socialistas, con toda su corrupción y lo que quieras, nunca fueron tan centralistas'.