El Parlamento Europeo aprueba hoy el fin de la moratoria para transgénicos

Esa precaución se une también al compromiso adoptado por la Comisión Europea de presentar, antes de finales de este año, una propuesta normativa 'sobre responsabilidad medioambiental que cubra también los daños resultantes de los transgénicos'. No sólo eso. Está previsto que se realice una evaluación de los potenciales efectos acumulados en el medio ambiente por la utilización de un producto antes de ser autorizada su comercialización en la Unión Europea.

Otra de las cortapisas que prevé la directiva europea se refiere al seguimiento de un producto determinado y su etiquetado. De entrada, la autorización se concederá a cada uno de los productos, de forma que si se efectúa una modificación genética sobre ellos deberá someterse a una nueva autorización.

Una vez en el mercado, los organismos transgénicos comercializados serán objeto de un minucioso seguimiento y rastreo, desde su producción hasta la venta a los consumidores. Para ello, en el tramo final será necesaria la elaboración de etiquetas con una amplia información al consumidor. Tanto ese rastreo como el etiquetado serán objeto igualmente de una norma concreta que redactará el Ejecutivo europeo este mismo año.

'Se trata de un requisito esencial para el consumidor, puesto que éste sólo puede decidir si compra o no un producto que contenga transgénicos si dicho producto está correctamente etiquetado', se indica en la exposición de motivos de la directiva presentada al Parlamento Europeo.

Resistencias

En todo caso, los organismos modificados resistentes a los antibióticos y que sólo sean empleados para investigación también deberán ser destruidos antes de 2008.

La normativa europea sobre los transgénicos comenzó a elaborarse en febrero de 1998 y, durante estos años, ha estado vigente teóricamente (algunos países europeos elaboraron legislaciones propias) una moratoria para la utilización de esos productos modificados. Superadas las discrepancias registradas con el Consejo de la Unión Europea, el texto que hoy votará la Eurocámara es el resultante del proceso de conciliación protagonizado entre ambas instituciones, previsto para casos en que existen diferencias con respecto a una norma legal europea.