El acuerdo desatasca la crisis

El acuerdo para congelar las harinas cárnicas de MER permitirá desbloquear la recogida de reses muertas en las granjas -una media de cinco reses al día- y otorgar nuevamente la licencia de actividad al digestor de la empresa Tratamientos MER SL, de Orcoyen, la única firma navarra habilitada para convertir en harinas los materiales específicos de riesgo, cuya capacidad de almacenamiento estaba ya superada.

Al mismo tiempo se dejará en suspenso el permiso excepcional otorgado la pasada semana a los ganaderos para enterrar en sus propias granjas los animales muertos. La empresa que firmó un convenio con el Ejecutivo para la recogida de los animales podrá volver a actuar con las dos premisas básicas del mismo: actuar en menos de 36 horas y cobrar al ganadero 2.000 pesetas por cabeza. El Gobierno endereza así la gestión de una crisis sobre la que planea el resultado definitivo de las pruebas positivas de dos vacas de raza pirenaica criadas en la localidad de Villanueva de Aezkoa. El Laboratorio Nacional de Referencia de Zaragoza tiene previsto comunicarlo mañana.

Los laboratorios de la empresa pública Navarra de Servicios SA (Nasersa) efectúan ya los test rápidos a todas las vacas de más de 30 meses sacrificadas. IU pidió ayer que esa edad se reduzca a 20 meses. El Gobierno, que exige para el sacrificio la presentación de un certificado sanitario propio pactado con los veterinarios, prefiere mantenerse a la espera de posibles resoluciones comunitarias.

Mientras, sigue enterrando en El Culebrete (Tudela) las harinas cárnicas producidas por las dos empresas harineras existentes en Navarra, ubicadas en Andosilla. Se han vertido ya más de 1.500 toneladas. Dada la mayoría de UPN en la dirección de la Mancomunidad de la Ribera, no parece probable que prospere la petición de la izquierda para impedirlo, con el argumento de que las harinas incluyen restos de espinazo.