Una comedia coral escrita a cuatro manos, premio Destino

Escribir una novela a cuatro manos no parece fácil, pero a las guionistas Verónica Fernández (Soria, 1971) y Yolanda García Serrano (Madrid, 1958) les ha supuesto grandes momentos de diversión y el Premio Destino Guión. Fernández y García, nombre con el que se presentaron a competición, se han convertido en las primeras ganadoras de un premio dotado con 1,5 millones de pesetas y que se concede a la novela con más posibilidades de ser llevada a la gran pantalla entre todas las candidatas al Nadal.

La novela en cuestión se titula De qué va eso del amor y es una comedia 'muy visual', según García Serrano. 'Si la hubiéramos escrito como un guión se parecería mucho a lo que ha acabado siendo la novela'. Aún no han pensado en qué actores podrían ponerse en la piel de los muchos personajes que la pueblan. Pero creen que el guión, cuyos derechos gestionará Àncora Visual Produccions, lo acabarán elaborando ellas mismas.

Lo de las cuatro manos, sin embargo, tiene secreto. Lo explica García Serrano, quien además de ser guionista y realizadora de las películas Amor de hombre y Kilómetro cero, ha escrito dos novelas: 'Para mí, escribir novela es un trabajo muy solitario y nunca se me habría pasado por la cabeza llevarlo a cabo con otra persona, pero cuando surgió la idea de una novela epistolar entendí que sí era posible'.

Novela epistolar

De qué va eso del amor, una historia que nace en el momento en que una carta es recibida por la persona equivocada, está narrada en forma epistolar: 'Utilizamos cartas, notas, llamadas telefónicas', explican. El proceso ha durado más o menos un año: 'Primero hablamos de los personajes y trazamos una estructura y un final. Nos enviábamos los textos mútuamente, nos leíamos y nos corregíamos hasta que hemos llegado a un punto en que hay partes de la novela que no sabemos quién las ha escrito', expone Fernández, quien ha sido alumna de García Serrano y ha participado en el guión de El Bola, de Achero Mañas.

Durante la escritura se han sentido, sobre todo, libres: 'Cuando escribes para televisión o cine tienes la producción encima. Tú te puedes imaginar una cosa maravillosa y que te digan que no es posible hacerla porque no hay dinero. En cambio, con una novela sólo teníamos que dejarnos llevar por la narrativa. Si queríamos mandar a la protagonista a Cuba lo hacíamos', concluye Fernández.