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SEGURIDAD ALIMENTARIA

La Xunta seguirá usando la mina para tirar reses

La Xunta de Galicia difundió ayer por la tarde un comunicado en el que señalaba que en los próximos días terminará de adecuar la mina de la parroquia de Lanzá, en el municipio coruñés de Mesía, para que ésta 'pueda seguir recibiendo' más reses. La Administración gallega anuncia así que seguirá enviando vacas muertas a la mina de Mesía, a pesar de las protestas de los vecinos y del decreto de la alcaldía que ordena la paralización de los enterramientos.

El Ejecutivo autonómico señala que las vacas que se trasladen a Mesía serán aquellas que fallezcan de muerte natural en las explotaciones gallegas y que 'por la ausencia de síntomas de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) no precisen ser derivadas al proceso de incineración'.

[La normativa adoptada por todos los países de la Unión Europea obliga, desde el 1 de enero, a analizar y destruir cualquier vaca mayor de 30 meses que muera en las explotaciones. Esta obligación fue confirmada ayer a este diario por fuentes del ministerio de Agricultura].

El Gobierno gallego asegura en su nota que ante las 'adversas condiciones meteorológicas' registradas en los últimos días en Galicia, resultó 'materialmente imposible' finalizar los trabajos de análisis y acondicionamiento de la cantera como lugar de enterramiento de las vacas fallecidas, insisten, 'por causas ajenas' a la EEB. También dice que mientras termina de adecuar este nuevo vertedero las reses fallecidas en las explotaciones serán destruidas por incineración.

En todo caso, la Xunta reitera que los animales que fueron sepultados no presentaban síntomas del mal de las vacas locas y que el entierro se efectuó de acuerdo a las medidas vigentes 'para este tipo de emergencias sanitarias'. Además, continúa la nota, con esta acción 'se minimizan los riesgos derivados del sistema de eliminación de cadáveres animales que se venía desarrollando hasta ahora, en que cada ganadero se responsabilizaba de enterrar sus propias reses'.

Según la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), los técnicos de medio ambiente se desplazaron ayer mismo hasta Masía. El secretario general del sindicato Unions Agrarias, Roberto García, confirmó ayer, tras una inspección sobre el terreno, las descripciones de varios vecinos que afirmaban que la sangre de las reses se estaba filtrando a la red fluvial a través de un canal que vierte al Maruzo, un afluente del Tambre.

El director del Laboratorio Nacional de Referencia para las Encefalopatías Transmisibles, Juan Badiola, señaló ayer que las vacas pueden morir como consecuencia de esta encefalopatía sin presentar síntomas, por lo que deben ser analizados.

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