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Entrevista:LUIS MAGRINYÀ - GANADOR DEL PREMIO HERRALDE DE NOVELA 2000

"Veo la misma caspa en todos lados"

José Andrés Rojo

"La gran conquista, la conquista definitiva del inútil, ha consistido en que las cosas bien hechas hayan llegado a no tener más valor que las mal hechas, como resultado de una astuta depreciación del mismo concepto de valor", escribe Luis Magrinyà en el primer capítulo de Los dos Luises (XVIII Premio Herralde de Novela). Un capítulo que trata del trabajo, de la idea que se tiene de él y de cómo esa idea ha terminado por desencadenar inmensos disparates. Como la condena de la figura del ocioso y el tributo que se rinde a quienes despliegan grandilocuentes ademanes para justificar su profunda inutilidad.Luis Magrinyà (Palma de Mallorca, 1960) ha apostado fuerte con Los dos Luises, su primera novela publicada. Ya tenía un merecido prestigio, conquistado con sus libros de relatos Los aéreos y Belinda y el monstruo. Marcos Giralt Torrente destacó la inteligencia, la radical ambigüedad del narrador y el humor de la novela al presentarla hace poco en Madrid. Magrinyà cuenta lo que le ocurre a un hombre de 28 años que no tiene más remedio que ponerse a trabajar y desembarca en una revista teatral en una ciudad donde el teatro marca la temperatura cultural.

A partir de ahí se revela un panorama desolador, que se parece como una gota a otra al mundo que habitamos. El reino de la mediocridad, la bulla ficticia que se fabrica desde una oficina para encaramar a autores de poca monta, la referencia a un territorio mítico (Los Bosques) como pasaporte genuino para una autenticidad inexistente, el recurso al plagio, la fatuidad de los consagrados...

Pregunta. De su libro se desprende que vivimos en un mundo de imposturas.

Respuesta. Se desprende eso, pero también lo tremendamente difícil y peligroso que es denunciar, desenmascarar la impostura. Lo terrible, tal vez lo imposible, que es cualquier intento de decir la verdad. Parece como si la verdad sólo pudiera ser verdad mientras no se pronuncia. Eso se dice en la novela. De hecho, la gran tentación a que se ve sometido mi héroe es una invitación a revelar una verdad, y él pasa. No sé si esto lo hace más o menos sospechoso. Pero está claro que sólo desde la sospecha se puede hablar y, paradójicamente, sólo desde ella cabe hablar de legitimidad.

P. ¿Cree que se puede todavía hablar del "compromiso" del escritor?

R. No en el viejo sentido del arte engagé, tan circunscrito a un número exiguo de temas "sociales" obvios. Lo importante es no ignorar que lo que uno hace tiene inevitablemente un efecto en el lector; y, por tanto, hay que procurar que ese efecto sea benéfico, no embrutecedor. Mi novela es ciertamente activista en este sentido.

P. Al localizar en el teatro, que tiene hoy un carácter marginal dentro de los gustos del público, la cadena de intrigas que cuenta en Los dos Luises, ¿no cree que corre el riesgo de que pierdan credibilidad?

R. No. Esta novela no está ambientada, como si fuera una crónica realista, en el mundo del "teatro actual". Está ambientada en una ciudad de fábula volcada en la industria del teatro, en la que parece que no exista nada más. Este "irrealismo" posibilita una fácil extrapolación: la ciudad del teatro es la ciudad de la cultura. Me sorprende, y me parece optimista, y por tanto sospechoso, que pueda no resultar fácil extrapolar. Yo abro la cartelera teatral de hoy, la cartelera cinematográfica de hoy y el catálogo de novedades editoriales de hoy, y veo la misma -repito, la misma- caspa en todos lados.

P. Muchos episodios giran en torno a elementos realistas, como cuando cuenta el buen rollo que se produce en la oficina por el uso de una vieja cafetera...

R. La novela no tiene una factura realista, pero no por ello deja de tratar temas y situaciones "patrimoniales" de la novela realista. Resulta curioso lo que sale de ahí, de ese saqueo del patrimonio, de ese paso de los motivos del realismo por un proceso de abstracción, que busca ante todo identificar el concepto y los mecanismos por los que se rige nuestra visión de la realidad.

P. ¿Considera también que las ideas son muy importantes en el desarrollo de la trama?

R. Sí, es muy novela de ideas, en el análisis social y cultural y en todo lo demás. Lo es también en las elecciones estilísticas. Que Luis U. no aparezca directamente en la novela más que una o dos veces, y de refilón, es una idea. Que el segundo Luis salga un momento en el capítulo V y luego no se presente como personaje hasta pasada la mitad de la novela, y que aun así el narrador nunca llegue a saber qué es lo que escribe ese hombre, es otra idea. Son ideas cargadas de intención, de estrategia, de activismo.

P. Su novela podría leerse como una novela de aprendizaje, porque cuenta la iniciación de un joven en el mundo del trabajo.

R. En efecto, pero es una novela de aprendizaje perversa, porque niega el valor de la experiencia. El héroe ya sabía al principio lo que sabe al final. No ha aprendido nada que no supiera del mundo del trabajo y del de la cultura. Acaso sí aprende algo sobre la alternativa a esos mundos, la alternativa de la intimidad. Pero su atisbo de ese otro mundo es poco esperanzador.

P. ¿Por qué elabora tanto su escritura?

R. Voy a citar un poco, si me lo permite. Boswell, en la Vida de Johnson: "Lo que se escribe sin esfuerzo, generalmente se lee sin placer". Thomas Mann, en el prólogo de La montaña mágica: "Sólo es verdaderamente divertido lo que ha sido meticulosamente elaborado". Es muy revelador que Thomas Mann considerase La montaña mágica una novela "divertida". Para mí, también lo es.

P. En fin, ¿qué es finalmente su novela?

R. La historia de una tentación. Y un intento de encontrar una forma de poder hablar de las cosas que pasan.

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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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