Birulés intenta asignar en sólo 10 días hasta 40.000 millones de fondos sin gastar
La convocatoria relámpago ofrece créditos para equipos e infraestructuras científicas
El Ministerio de Ciencia y Tecnología cerró ayer una sorprendente convocatoria de ayudas. Con un plazo de sólo 10 días, la convocatoria, destinada a pagar equipamientos e infraestructuras científicas ya adquiridos, tiene una elevada cuantía, que podría alcanzar los 40.000 millones de pesetas, y corresponde a dinero que el ministerio no ha conseguido gastar este año en otros programas. La iniciativa relámpago fue calificada de interesante y muy positiva, aunque precipitada y mal explicada, por representantes de parques científicos y tecnológicos españoles.
La convocatoria, que prevé la concesión de créditos a interés cero con un plazo máximo de amortización de 15 años a instalaciones científicas y tecnológicas vinculadas mayoritariamente a universidades, está fechada el pasado 5 de diciembre, aunque no se publicó en el Boletín Oficial del Estado hasta el día 8, festivo.Esta convocatoria, pese a las "buenas intenciones" que le reconocen distintas fuentes consultadas, adolece, en su opinión, de precipitación. Prueba de ello, indican, es que nadie conocía de su existencia "veinte días atrás" y que muchos de los potenciales destinatarios de las ayudas se enteraron esta misma semana mediante llamadas telefónicas del propio ministerio. Por otra parte, ha sorprendido la cantidad asignada, entre 30.000 y 40.000 millones de pesetas según la fuente, que podrían proceder mayoritariamente de sobrantes del Programa de Fomento de la Investigación Técnica (Profit). Dichas ayudas, destinadas sobre todo al sector industrial, fueron convocadas el pasado mes de julio, con varios meses de retraso, y al parecer con un montante sobreestimado.
Fuentes del Ministerio de Ciencia y Tecnología han indicado que los fondos proceden del "reequilibrio de varias partidas presupuestarias" y que "podrían asumirse" las cantidades citadas si los proyectos reúnen la calidad suficiente. Entre pasillos se argumentaba, no obstante, que la asignación apresurada de esas cantidades, que "en absoluto se van a cubrir", obedece a un simple problema matemático. Si el dinero sobrante no se gasta antes de finalizar el ejercicio, debe devolverse al Tesoro. Y éste puede entender que no es necesario para el próximo justamente por no haberse gastado. En un ministerio de nuevo cuño, como el de Ciencia y Tecnología, quedarse sin 40.000 millones de presupuesto sería una "muy mala noticia" que revelaría "falta de previsión".
La medida ha sido calificada, "pese a errores de fondo", como "muy positiva". Entre otras razones, indica Jordi Camí, uno de los responsables del futuro Parque de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, vinculado a la Universidad Pompeu Fabra, porque es la primera vez que se equipara el sector industrial con el mundo académico en cuanto a la concesión de esta modalidad de créditos y porque podría sentar un precedente "de enorme interés" de cara a próximos ejercicios económicos. Por su parte, Francisco Marcellán, vicerrector de investigación de la Universidad Carlos III de Madrid, espera que no sea una "ocasión perdida" y que para próximos ejercicios la convocatoria se abra a presupuestos en previsión y no ya cerrados como en esta ocasión.
Desde un punto de vista más pragmático, Màrius Rubiralta, vicerrector de investigación en la Universidad de Barcelona, la describe como una "fórmula imaginativa" para compensar el retraso acumulado este año en la asignación de fondos estructurales comunitarios (fondos Feder) destinados a infraestructuras científicas. Estos fondos se adjudican a posteriori a la realización de una obra o a la compra de equipos. Este año todavía no han sido asignados, por lo que muchas universidades han debido efectuar las acciones previstas mediante créditos bancarios. La nueva convocatoria podría paliar en parte el desaguisado ya que permitiría cambiar créditos bancarios por créditos oficiales sin interés.
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