¿'Pottermanía' en euskera?
La Feria de Durango se hace eco del fenómeno literario y comercial que rodea al personaje de Harry Potter
Los stands no están hechos para ellos. Algunos de los visitantes más jóvenes de la Feria de Durango a duras penas llegan a alcanzar la segunda fila de libros. Quizá por eso se fijan en otras cosas, como en un muñeco que cuelga del techo. "¿Quién es ese?", pregunta uno. "Se llama no-sé-qué Potter", responde otro que parece sabérselas todas. El muñeco en cuestión es Harry Potter, el personaje de ficción que ha traspasado los límites de la literatura para adentrarse en el de los fenómenos sociales, y ha atrapado a niños -y no tan niños- de varios continentes en apenas tres años de vida. La escena anterior puede ser el comienzo de la Pottermanía en un mercado, el de la literatura en euskera, que hasta hace pocos años recibía con retraso este tipo de sacudidas, mitad creación literaria, mitad producto de consumo masivo.Harry Potter eta sorgin harria (Elkarlanean) es el título en euskera de la primera entrega de una serie nacida de la imaginación de J. K. Rowling, escritora inglesa que debe su fama a este niño de ficción que con 11 años descubre ser poseedor de increíbles poderes mágicos. Huérfano de padres, también magos, pasa su infancia con sus tíos y el hijo de estos -pertenecientes a la clase de los muggles o gente normal-, quienes le maltratan y desprecian por su condición. Durante esos años Harry ni siquiera sospecha la existencia de un mundo paralelo al que pertenece, hasta que el día de su cumpleaños descubre la verdad y su vida cambia repentinamente.
Hasta ahí el punto de partida de una serie que recrea toda una sociedad imaginaria. Pero, ¿cuál es el secreto del éxito de Harry Potter, que sorprendió incluso a su propia creadora? Iñaki Mendiguren, el traductor de la versión en euskera, apunta al acierto de J. K. Rowling, que ha construido la historia y ese mundo de brujas y magos "con total precisión y riqueza". "Si los dioses son capaces de crear nuevos mundos, eso es exactamente lo que ha hecho esta escritora, crear ese mundo de magia con su sociedad, su moneda, sus deportes...todo un mundo imaginario muy bien caracterizado", explica. Todo ello, además, en un relato que combina elementos de misterio, humor, ironía y aventuras, y que a pesar de su tono fantástico aparece como algo "creíble" ante los ojos del lector.
Tal vez la segunda razón del éxito sea que Harry Potter no es estrictamente un personaje infantil. A pesar de que la estética del libro y de todos los productos que le rodean -camisetas, páginas web...- parecen pensados para ese público, el pequeño mago ha enganchado también a millones de adultos en muchos países. Ello es posible gracias a que la obra ofrece diferentes lecturas, algunas de ellas más pensadas para el público adulto. "En la segunda parte, en la que ya estoy trabajando", explica el traductor, "aparece una detallada descripción de toda la parafernalia que acompaña a algunos escritores y de las tonterías que hacen cuando presentan sus trabajos". "No creo que eso esté dirigido a un niño de 11 años", concluye.
Razones literarias aparte, sólo una cuidadosa planificación comercial puede explicar que la primera entrega de Harry Potter haya vendido 600.000 ejemplares en China, la mayor tirada de un libro en ese país dejando aparte los libros oficiales como el Libro Rojo, de Mao; o que 300.000 lectores hayan reservado en Internet un ejemplar de la quinta parte, incluso antes de que ésta se publique en inglés. Para el año que viene está previsto también el estreno de la primera película basada en este personaje y que promete multiplicar el fenómeno.
Todo eso es lo que puede estar llegando también a Durango, a pesar de que aún es pronto para hablar de cifras de ventas. En todo caso, la simple llegada de la versión en euskera en un relativamente corto espacio de tiempo -la primera edición en inglés vio la luz en 1997- revela, en opinión de los responsables de Elkarlanean, la existencia de una mercado cada vez más "normal", pues absorbe cada vez con mayor rapidez las tendencias, e incluso las modas, nacidas en los países anglosajones.
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