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El portaaviones nuclear norteamericano abandona Mallorca tras una protesta naval

El portaaviones de propulsión por energía atómica George Washington, de la Marina de Estados Unidos, abandonó a primera hora de la tarde de ayer su fondeo en el centro de la bahía de Palma de Mallorca, poco después de que concluyera una manifestación crítica de medio centenar de pequeñas embarcaciones de recreo, que había sido convocada por la organización ecologista Greenpeace. El acto de protesta naval antinuclear duró más de dos horas y reunió a motos náuticas, yates de eslora reducida, faluchos mallorquines y lanchas neumáticas.

La protesta naval antinuclear en Mallorca fue simbólica y testimonial y duró algo más de dos horas. Los manifestantes protestaban por la presencia en Palma de Mallorca del imponente portaaviones nuclear George Washington, que tiene una dotación de 5.000 marines y cuya eslora es equivalente al resultante de juntar la longitud de tres campos de fútbol. El portaaviones zarpó ayer de Mallorca a toda velocidad, casi a 32 millas (unos 60 kilómetros) por hora, poco después de las dos de la tarde, con una rara escolta en su proa descomunal: dos lanchas ecopacifistas con símbolos antinucleares. La partida del barco de guerra se llevó a cabo un día antes de que concluyera el plazo oficial previsto de su visita, según la organización ecologista.

Greenpeace se basa en las fechas del aviso público de la Comandancia de Marina, que prohibía hasta hoy la navegación a menos de una milla de la inmesa mole de guerra. "Se puede interpretar que se han ido ante el rechazo o la presión generalizados por el trato informativo, las protestas o las notas del Gobierno balear", observó el líder de Greenpeace, Xavier Pastor.

El viceconsulado de EE UU en Palma, por su parte, afirmó ayer que la estancia del barco había sido la prevista, la que se había programado tres semanas atrás, y reseñó que el buque había recalado en otras tres ocasiones en el mismo puerto de Palma. Ni la tripulación del George Washington ni la Guardia Civil intervinieron ayer para dispersar a los manifestantes, contrariamente a lo sucedido el pasado día 5, cuando desde el buque nuclear se intentó dispersar con chorros de agua a presión a los activistas. En aquella ocasión, los agentes de la Guardia Civil dispararon pelotas de goma para poner fin a los actos de protesta.

Un consejero del Gobierno balear, Eberhard Grosske, y el senador autonómico Manuel Cámara -ambos de Izquierda Unida (IU)- participaron en la actuación marinera reivindicativa de ayer, mientras que desde el Gobierno balear se indicaba que la presencia de Grosske era "a título personal". El PSOE llamó a embarcarse para apoyar la protesta, en línea con el rechazo institucional expresado por carta al Gobierno español por el presidente del Ejecutivo de Baleares, Francesc Antich, secretario general de los socialistas.

Xavier Pastor subrayó: "No queremos que se interprete que hemos efectuado una manifestación antinorteamericana ni tampoco ninguna operación directamente antimilitarista; si este barco no tuviera reactores nucleares no lo habríamos rodeado".

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