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Debate sobre el 'spanglish' en el segundo día del Proyecto Trasatlántico

Las dos orillas

El fenómeno del spanglish y su potencial desarrollo como lengua mestiza en Estados Unidos fue objeto de una ponencia en la segunda jornada del Proyecto Trasatlántico celebrado en la universidad norteamericana de Brown (Rhode Island), donde fue defendido por una profesora entre la incomodidad de algunos asistentes que lo consideran un callejón sin salida intelectual. Al final quedó claro que, fuera de la cultura popular, y mientras el español llega o no a ser un lengua de respeto intelectual en Estados Unidos, hay que conseguir que se traduzca al inglés el punto de vista español y latinoamericano sobre nuestra cultura para acabar con el monopolio en la interpretación de la cultura de España y Latinoamérica que ofrecen las fuentes de pensamiento intelectual anglófonas.Beatriz Pastor, española especializada en literatura latinoamericana en el Dartmouth College (New Hampshire), comenzó su ponencia con una confesión: "El spanglish me gusta". Pastor pasó revista a las reacciones enfrentadas que produce este código mestizo de comunicación de los hispanos en Estados Unidos, que presentó como una lengua puente que sirve de elemento de resistencia identitaria contra la cultura hegemónica, una respuesta en clave popular a la fuerza aplastante del inglés. Pastor cree que "el spanglish no es una aberración ni una catástrofe, sino algo que fuerza la transformación del monolingüismo del poder".

Antonio Garrido, director del Instituto Cervantes en Nueva York, se revolvía incómodo en su silla. Su intervención en la sesión estaba planteada en un área que no tenía que ver con el mestizaje lingüístico, y sólo manifestó su desacuerdo básico con la tesis de Pastor. "Dígase lo que se diga, el spanglish no es lengua canónica ni intelectual, y ningún documento serio de investigación será escrito jamás en spanglish", comentó luego. "O se escribe en español o se escribe en inglés".

El Proyecto Transatlántico busca un diálogo entre Estados Unidos, España y América Latina, y la jornada del martes estuvo dedicada a explorar la historia cultural de esos tres focos. Garrido presentó el tapiz La Paz de los Pirineos, tratado de 1659 que confirmó la decadencia del imperio español en Europa, como la imagen que ha quedado en el mundo de una España lúgubre, inquisitorial y siniestra frente al modelo primaveral de la otra parte (Francia en ese caso).España empieza su caída en picado y se imponen los valores e intereses de las otras potencias europeas, que en el siglo XIX meten en el mismo saco a España y a las repúblicas emergentes de América Latina, a las que su levantamiento contra España no les libró de formar parte en el imaginario anglosajón del mismo "exótico otro".

Sólo a finales del siglo XX se ha empezado a desvanecer el estereotipo: con el desarrollo económico y la integración en la Unión Europea.

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