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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Lo que se sospechaba

La publicación de distintos documentos estadounidenses, hasta ahora secretos, viene a confirmar con nuevos detalles lo que ya se sabía: la terrible campaña de "acciones drásticas" lanzada contra Salvador Allende desde el momento mismo de su triunfo electoral por la Administración de Nixon, con Henry Kissinger como asesor de seguridad nacional, hasta desembocar en el cruento golpe militar de Pinochet. Según algunos de estos documentos, la Casa Blanca y el Consejo de Seguridad Nacional se comprometieron a emprender "todo lo posible para hacer caer a Allende". Lo hicieron bajo la dirección de Kissinger, que presidía el comité interagencias de alto nivel en el que se fraguó esta política. Se llegó a fomentar un golpe para evitar que Allende asumiera su cargo. Tras la llegada de Allende al Palacio de la Moneda, en 1970, la CIA mantuvo la "máxima presión" para "evitar que se consolidase" en el poder, según uno de estos documentos. Nixon prometió "arruinar la economía chilena", inundando el mercado de cobre, la materia prima central para Chile. EE UU dedicó más de seis millones de dólares de la época a ayudar a los opositores a Allende y ya en 1972, un año antes del golpe, Washington tuvo conocimiento de que Pinochet se mostraba convencido de la necesidad de hacer caer al presidente chileno mediante un levantamiento o golpe de Estado. Verdaderamente espeluznante.

Escudriñar los 16.000 documentos desclasificados de la CIA, el Pentágono, el Departamento de Estado, el FBI y el Ministerio de Justicia tomará tiempo. Algunos están censurados y quedan otros aún secretos. Son pruebas fehacientes de la implicación total de EE UU en la trama contra Allende. Y de su conocimiento de la posterior persecución asesina de opositores a las dictaduras del Cono Sur en la Operación Cóndor, que llevó, entre otros, al asesinato de Orlando Letelier en Washington en 1976.

Contra la opinión de la CIA, la desclasificación de este último grupo de documentos referidos al Chile de Allende se ha hecho a petición de unos investigadores, y tras la orden dada por el presidente Clinton a raíz de la detención del general golpista en Londres, hace dos años. Saber la verdad siempre ayuda, aunque no consuela. Los documentos vienen a certificar una política criminal que pesará, por supuesto, sobre la conciencia colectiva de los golpistas. Pero también de un país que, como Estados Unidos, se jactaba entonces de fomentar la democracia en el mundo.

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