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Artistas de Baleares consideran "un fraude" la cesión del centro de arte a Lladró

"Gusto dudoso"

Un fraude y un disparate. La Asociación de Artistas Visuales de las Islas Baleares (AAVIB) -que reúne a 110 creadores de arte contemporáneo- dio a conocer ayer un manifiesto de protesta para evidenciar su "indignación" por la cesión del principal centro de arte de Palma de Mallorca, el Casal Solleric, a la marca Lladró. La exposición de las colecciones comerciales de figuritas de porcelanas de fabricación industrial de la firma es considerada por el colectivo de creadores "un fraude", al "usar dineros públicos para favorecer intereses privados".

Los pintores firmantes del manifiesto de protesta reclaman que "el responsable del disparate cancele la exposición y admita varias dimisiones o, en su caso, destituciones" y dicen que "mostrar en un espacio diseñado para el arte contemporáneo una exposición de artesanía kischt es crear confusión en la ciudadanía, y rompe los esfuerzos de modernidad que se dan en otros enclaves y desacredita el resto de actos que se hacen y se harán en el Casal (Solleric)".

"Se nos intenta hacer comulgar con una muestra que no es de este siglo ni es artística", dice el manifiesto que firma Biel March como presidente de la AAVIB. En el equipo gestor de la entidad cultural se unen otros creadores, como Lluís Fuster, Alicia Llabrés, Aina Lorente, Xisco Rubio y Alfons Sard.

"Es una exposición que no se puede justificar ni con el interés de la sociología", agrega el grupo, que lamenta que el Ayuntamiento de Palma, de mayoría del PP, haya programado actos de interés cultural discutible en el Solleric, que tiene "una gestión de espaldas a los intereses del arte contemporáneo".

"Lladró es una empresa que produce artesanía decimonónica de un gusto dudoso, por llamarla con palabras suaves", dice el escrito de protesta, que evidencia que las producciones de la marca disponen de una amplia red de tiendas propias y cuyos productos en Palma de Mallorca pueden hallarse en numerosos establecimientos. Como colofón del recorrido por las cuatro salas más destacadas del Solleric, habitadas por las filigranas de Lladró, la empresa proyecta un vídeo comercial, en un recinto que preside un enorme logotipo. La narración explica que las piezas representan "la huella de nuestra civilización", "la sensibilidad de nuestra época" y "una capacidad evocadora del arte más elevado".

El Ayuntamiento del PP resalta que la presentación de las porcelanas -en el mismo lugar donde se exhibió a Miró y a Kandiski- no supone dispendio alguno a las arcas municipales, que han cedido las instalaciones y equipos a la empresa valenciana.

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