El peso militar lastra el Plan Nacional de Investigación
El 1 de enero de este año arrancó el VI Plan Nacional de Investigación y Desarrollo (que en esta edición recibió el añadido de Innovación) para el periodo 2000-2003. Los objetivos, según el Gobierno, eran elevar el nivel de la ciencia y la tecnología españolas,incrementar los recursos humanos cualificados, aumentar la competitividad de las empresas, mejorar la utilización de los resultados de I+D, fortalecer el proceso de internacionalización de la ciencia y la tecnología españolas y depurar el nivel de conocimientos científicos.Sus previsiones presupuestarias para el año 2000 son de 508.120 millones de pesetas, que incluyen 266.000 millones destinados en gran parte a iniciar la construcción de equipos militares. Los restantes 239.000 millones son los que debían destinarse a financiar proyectos de investigación, en gran parte afectados por los retrasos denunciados.
En cuanto al proyecto presupuestario para 2001, el gasto total propuesto asciende a 571.000 millones, de los que 298.000 millones corresponden a la partida de créditos sobre todo para la construcción de unidades de Defensa (esencialmente las fragatas F-100, los aviones supersónicos de combate EF-2000, los tanques Leopard y los aviones patrulla P-3 Orión). También se incluyen en esta partida programas de desarrollo, de cuantía comparativamente menor, del avión civil Airbus.
Pocos Investigadores
El número de investigadores en España es muy bajo en comparación con la media europea, 3,3 por cada 1.000 habitantes. También es bajo el porcentaje del producto interior bruto (PIB) destinado a investigación y desarrollo, que no alcanza el 1% (1,17% si se incluyen los proyectos militares). El objetivo del plan es alcanzar el 1,29% en 2003, porcentaje del cual el 65,3% correspondería a la inversión privada. Es decir, el Gobierno pretende que sea la inversión privada (ahora cercana al 50%) la que financie el crecimiento de la ciencia española y la acerque a la media europea, que supera el 2% del PIB.El nuevo Plan Nacional se gestó en la Oficina de Ciencia y Tecnología (OCYT), adscrita a Presidencia del Gobierno en el anterior Gabinete, que dio paso tras las elecciones generales de 2000 al nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología. Sin embargo, se produjo una ruptura en esta reorganización ministerial, ya que el equipo de la OCYT, que había gestado el plan, dirigido por Fernando Aldana, no pasó al nuevo ministerio, ya que la titular, Anna Birulés, formó su propio equipo.
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