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Los problemas de la investigación en España

El retraso en los pagos del Ministerio de Ciencia bloquea los proyectos de cientos de investigadores

Científicos denuncian una demora de seis meses que afecta a trabajos sobre enfermedades humanas

El elogio de la investigación básica que a menudo realiza la ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, casa mal con los hechos. Decenas de biólogos de distintas especialidades denuncian serios retrasos en la financiación de sus proyectos, problema que amenaza con paralizar investigaciones a menudo relacionadas con enfermedades humanas. La situación más extrema afecta a varios centenares de grupos en áreas de biomedicina, cuyos fondos debían haber llegado hace medio año. Algunos investigadores lo atribuyen a recortes presupuestarios encubiertos; otros, a la lentitud en montar el nuevo ministerio. Todos alertan contra el "desmoronamiento de una estructura que empezaba a funcionar bien". Fuentes del ministerio dicen que el retraso se debe a los cambios de organización, e insisten en que la investigación básica se va a potenciar.

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La letanía se repite en un laboratorio tras otro: grupos cuyo proyecto de investigación acabó hace meses y que no han recibido aún los fondos del siguiente, ya evaluado y aprobado. Dicen subsistir con dinero de otros proyectos aún en marcha, adelantado por su centro, o pedido en préstamo a otros grupos. A menudo sus becarios trabajan sin cobrar, ya que las becas y los contratos se asocian a los proyectos. Aldo González, del Centro de Investigaciones Biológicas que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dice que están "estirando miserias".Los científicos españoles obtienen financiación presentando proyectos a diversas instituciones, sobre todo a la Administración central, que dentro del plan nacional de I+D celebra una convocatoria anual para cada área de investigación. Los proyectos se remiten a la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), que emite su dictamen gracias a una red de evaluadores anónimos. El ministerio toma en cuenta esta opinión que le lleva a decidir si da dinero a cada proyecto y qué cantidad. Las convocatorias no debían tardar más de ocho meses en resolverse y solían convocarse de forma que el plazo de resolución coincidiera con el final del proyecto anterior -los proyectos del plan nacional duran tres años y no pueden solaparse-.

Sin embargo, a principios del pasado verano, varios grupos denunciaron que el sistema hacía aguas. Unos 400 proyectos del Programa de Salud y de algunas áreas del de Promoción General del Conocimiento (investigación básica) presentados en la convocatoria cerrada en septiembre de 1999 aún no habían sido resueltos. En otras áreas de ciencia básica de la misma convocatoria -que salía con meses de retraso- ya se sabía el estado de las solicitudes, pero no cuándo se recibirían los fondos.

Nuevo ministerio

Fuentes de Ciencia y Tecnología explicaron entonces que los retrasos se debían a la puesta en marcha del nuevo ministerio, creado tras las últimas elecciones generales y en cuya cúpula no se incluyó a los autores del plan nacional de I+D 2000-2003 -los dirigentes de la disuelta Oficina de Ciencia y Tecnología-. El ministerio dijo que las convocatorias pendientes se resolverían antes del verano. Así fue: el 31 de julio se notificó a los solicitantes el estado de los proyectos. Pero los fondos, que según muchos han sufrido apreciables recortes, siguen sin llegar.Los retrasos no afectan sólo a la convocatoria de septiembre de 1999. La última convocatoria del plan nacional se cerró en mayo, cuando debía haber salido a finales del año pasado. Se han presentado 4.500 proyectos, más de lo habitual, que la ANEP está evaluando. "Hubiera debido quedar resuelta en julio, para tener el dinero en septiembre. Pero, con suerte, se resolverá a finales de año", dice González.

Esta primavera no se admitieron solicitudes de las áreas pendientes de la anterior convocatoria (las del Programa de Salud y del área de biomedicina de Promoción General del Conocimiento), que entonces estaban aún evaluándose. Los investigadores de esas áreas, según fuentes del ministerio, deberán esperar a la próxima convocatoria para todas las áreas, previsiblemente a finales de año. Para entonces habrán estado más de un año sin poder presentar proyectos.

Muchos coinciden con la opinión de Isabel Varela, del Instituto de Investigaciones Biomédicas: "La salida de una convocatoria se convierte en un hecho impredecible, aleatorio. Es un sistema que se está desmoronando. Se han hecho esfuerzos para crear una maquinaria bien engrasada, con convocatorias que se resolvían en seis meses, con un criterio para dar becas. Ahora no sabes cuándo van a salir ni las convocatorias ni las becas, y la gente está desorientada y pide proyectos a todo, le cuadre o no, por miedo a quedarse sin dinero".

Alberto Ferrús, del Instituto Cajal de Neurociencias (CSIC) cree que "nunca tuvieron intención de resolver los proyectos pendientes" y que "aún está por ver cuándo lo harán". Su último proyecto del Plan Nacional acabó en mayo. Sabe desde julio que se le han concedido 30 millones de pesetas -seis menos de los que solicitaba-, pero no cuándo los recibirá.

"Mendigando dinero"

"Me ha costado dos millones de pesetas mantener el laboratorio abierto, dinero que no recuperaré nunca, porque el ministerio no contempla los pagos retroactivos. Estamos literalmente mendigando dinero, y en estas condiciones es imposible trabajar", dice.En una carta remitida al ministerio el 29 septiembre con copia a Birulés, Ferrús afirma: "Es evidente que ustedes no saben absolutamente nada de cómo funciona un laboratorio de investigación y, a juzgar por sus propias respuestas telefónicas, creen que la investigación se puede parar cuando no hay financiación". En su opinión, el hecho de que las áreas "a la cola" de los retrasos sean las de investigación básica obedece al desinterés del ministerio por la ciencia básica.

Su situación es similar a la de Varela, que espera el dinero de un proyecto cuya aprobación se le notificó en mayo. "Voy a pasar medio año sin financiación", dice. Y teme que el descontrol suponga la vuelta a lo que un colega suyo llama la era digital: "Cuando los proyectos se daban a dedo".

También hay críticas sobre la tardanza del ministerio en explicar sus intenciones. Las comparte Jesús Ávila, del Centro de Biología Molecular (CSIC). Carlos Avendaño, presidente de la Sociedad Española de Neurociencias, cree que el malestar no es sólo por los retrasos, sino en general por el poco peso de la ciencia en España. Y le parece "escandaloso que pase más de un año desde que se presenta el proyecto hasta que llegan los fondos".

Fuentes de Ciencia y Tecnología explicaron de nuevo la semana pasada que los retrasos se han debido a la reorganización del sistema y reiteraron la importancia que se quiere dar a la ciencia básica. "Parte del aumento de fondos para I+D que se ha anunciado serán para la ciencia básica, así que los investigadores deberían estar contentos", dicen estas fuentes oficiales, que piden "un poco de paciencia". Y afirman que los pagos se están efectuando con normalidad.

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