Mexicanos y españoles aplauden la globalización del idioma
Escritores y editores critican la 'balcanización' de la literatura hispanoamericana
"¿Es necesario triunfar en España para darse a conocer en el mercado latinoamericano?" La pregunta del millón, formulada por Mihály Dés, director de la revista Lateral, a un grupo de editores y escritores mexicanos al inicio de una mesa redonda que tuvo lugar ayer en el Liber 2000, abrió una reflexión sobre la amplia gama de matices que en estos momentos se dan en las relaciones literarias y editoriales entre todos los países de habla española.
El mito de la unidad
En la mesa redonda, que llevaba por título Literatura mexicana en España, se hallaban el editor español Juan Milá y los escritores mexicanos Pedro Ángel Palou, Ignacio Padilla, Rosa Helia Villa, Alberto Ruy Sánchez, Ignacio Solares y Sealtiel Alatriste, que también representaba al mundo editorial por su responsabilidad en Alfaguara México. Fue precisamente Alatriste quien rompió el fuego con un "sí y un no". El moderador del debate, Mihály Dés aportó su visión. "Tras la época de las vacas sagradas -el boom de la literatura latinoamericana- habíamos vivido unos años de desconexión. Creo que vuelve a vivirse un momento en que España tiene un papel relevante en la relación con otras literaturas de lengua española".
En opinión de Alatriste la unidad de la literatura en español es un mito, ya que son muchos los autores que, siendo auténticas figuras en su país, son casi desconocidos en el resto. "Pensamos que tenemos un mercado unitario que no lo es". Alatriste considera que "en España sólo existen ojos para sus autores". También dijo: "Sólo nos une la lengua. Aunque hablemos de la literatura en español como algo conjunto, lo hacemos por costumbre, cuando es evidente que lo que existe es una balcanización".Juan Milá, director literario de Muchnik, explicó su etapa en la editorial Planeta, cuando editó a escritores como José Agustín y a otros autores mexicanos, y habló de qué manera sintió "la decepción porque unas obras de gran aliento literario no calaron mayoritariamente debido a lo vertiginoso del mercado español, que requiere un triunfo inmediato".
A juicio de Padilla, perteneciente a la generación de escritores mexicanos nacidos a finales de los años sesenta e integrante del Grupo del Crack, la globalización de la literatura en español, aunque en cierta manera ha producido un paradójico efecto de atomización, ha conseguido lo que para él es un hecho trascendental: la profesionalización del mundo editorial en México. "Un día me llamó un amigo para decirme que había encontrado en un librero de viejo una edición de un libro mío cuyo manuscrito había entregado años atrás y que no tenía ni la remota idea de que había sido publicado", explicó. Para Padilla se ha regularizado mucho la situación editorial al pensar que se está trabajando con un público potencial de 400 millones de lectores. "Como mínimo, ahora el escritor y el editor trabajan conjuntamente y podemos corregir las galeradas". Esta nueva situación también ha generado la posibilidad de tener un agente literario, idea hasta ahora impensable para la mayoría de escritores mexicanos.
El anecdotario de Pedro Ángel Palou, otro de los firmantes del manifiesto del Crack, sobre las delirantes situaciones que durante años vivió al intentar publicar su obra superó al de Padilla. "Una vez me presenté con el certificado de haber quedado finalista a un premio en la editorial que lo había convocado. Al entrar me metieron en una habitación y me cachearon como si fuera una especie de delincuente. Tras una hora de espera me entregaron los cinco manuscritos que había enviado por participar en el premio. Nunca conseguí entrevistarme con los representantes de esa editorial". Palou opina que existe una relación asimétrica con España. "Creo que los escritores mexicanos seguimos con cierta atención lo que sucede en España, ya que las novedades españolas llegan pronto a México. No creo que esto suceda al revés".
La nieta de Pancho Villa, la escritora Rosa Helia Villa, introdujo otro elemento dentro de la globalización de la literatura en español y es el que hace referencia al mercado en Estados Unidos. Alatriste abundó en este asunto: "La lectura es también un factor de prestigio y en Estados Unidos leer en español no da ningún tipo de prestigio, más bien al contrario", dijo. Aunque el mercado estadounidense exige unas tiradas muy elevadas, existen otros circuitos. Alberto Ruy Sánchez aprovecha algunas de estas propuestas marginales porque lo que él desea, según reconoció, es que los editores le "quieran". Para el escritor Ignacio Solares, la obsesión por hablar del mercado hace olvidar en muchas ocasiones la realidad de la literatura. "No tenemos que olvidar que existe una literatura fuera del mercado". Solares citó a Breton, que se refería al acto de escribir como "una ceremonia secreta en lo más profundo de un sótano".
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