Cabrera Infante presenta 'Puro humo' como un homenaje al peligro de vivir

Acompañado por varios amigos, sus editores y su esposa, Miriam Gómez, Guillermo Cabrera Infante presentó ayer Puro humo como un libro rebelde a su pesar, ya que se publicó "en pleno fragor de lo políticamente correcto, cuando fumar empezaba a estar muy mal visto en Estados Unidos y en Gran Bretaña".Mezcla de autobiografía de un fumador adicto, catálogo razonado de películas, actores y músicas con humo y "guía un poco pretenciosa de cómo se deben fumar los puros: lo mejor es dos al día, después de las comidas", el libro es, a la vez, un homenaje al placer (y al peligro) de vivir: "Las etiquetas habría que ponérselas a la vida. Vivir daña seriamente la salud".

El escritor eligió el restaurante Viña P de Madrid (un local taurino y fumón) para celebrar la presentación de Puro humo, que Alfaguara ha editado en castellano 15 años después de que se publicara en inglés, con traducción del autor y de Íñigo García Ureta. Según confesó Cabrera, la razón es que el dueño, su amigo Miguel Porras, le regala a menudo cajas de puros cubanos, un producto que él, por razones bien conocidas, tiene prohibido comprar, pero no consumir.

Durante la rueda de prensa, Cabrera se acordó de Rafael el Gallo ("hablando soy tan irregular como él toreando"); Bill Clinton ("inventor de un nuevo uso de los puros"); Cary Grant ("empecé a fumar en pipa por la pretensión demente de parecerme a él"), o Bette Davis ("la gran mujer fumadora, que, con Bogart, dio categoría de peligroso al hecho de fumar").

Luego, desveló que el título original, Holy smoke, lo tomó de una frase muy usual en el cine estadounidense de los años treinta, cuando los actores susitituían el prohibido juramento Holy Moses por esa expresión.

Por la tarde, en el Círculo de Bellas Artes, el autor charló sobre el libro con la periodista Concha García Campoy.