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Las organizaciones de prensa subrayan que ETA amenaza la libertad de expresión Reporteros sin Fronteras exige al Gobierno garantías de seguridad para los profesionales

Amaya Iríbar

"No hace falta salir de España para denunciar abusos contra la libertad de expresión", recordó ayer la Federación de Asociaciones de la Prensa en la celebración del día mundial dedicado a este derecho. Los atentados fallidos contra Carlos Herrera y Jesús María Zuloaga, así como el que sufrieron los padres de Pedro Briongos, bastan para demostrar que este derecho no está garantizado de forma plena ni siquiera en países democráticos, según señalaron ayer tanto las asociaciones de periodistas como la organización Reporteros sin Fronteras (RSF).

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El Día Mundial de la Libertad de Prensa sirvió también para recordar que el año pasado murieron en el mundo 36 periodistas por ejercer su profesión y otros 89 más desaparecieron, según el informe de anual de RSF presentado en Madrid. La cifra contrasta con los 87 periodistas asesinados en 1999 que estima la Unesco, al utilizar un criterio distinto. Pero el número no es lo más importante. El caso es que España aparece en este informe anual de Reporteros sin Fronteras, aunque "no debería", en palabras del presidente internacional de la organización, el español Fernando Castelló. Y lo hace por la amenaza que ETA ha dirigido a varios periodistas. Como el informe se refiere al año pasado, no recoge aún los recientes atentados contra Herrera y Zuloaga, aunque sí el que sufrió la casa de Mikel Muez, de EL PAÍS, en Pamplona.

Castelló exigió por ello al Gobierno de Aznar que garantice la protección de los periodistas; y al autonómico vasco, que adopte las medidas necesarias para que cesen estas amenazas que pueden "culminar en breve en una muerte". Castelló se mostró especialmente duro con las autoridades vascas, a quienes pidió "mucho cuidado en sus diatribas, legítimas por otro lado" porque pueden acabar convirtiendo en objetivo de los terroristas a otros profesionales de la información.

Las asociaciones de la prensa, además de la amenaza terrorista, mencionan el deterioro de las condiciones laborales en España -escasez de convenios colectivos, precariedad, abuso de periodistas autónomos sin derechos laborales, entre otras- como otro problema para la libertad de prensa.

La situación en España resulta alentadora si se compara con otros países. Es el caso de Colombia. El informe anual de Reporteros sin Fronteras recuerda que en ese país fueron asesinados seis periodistas en 1999 y muchos otros tuvieron que huir por las amenazas recibidas. Uno de ellos es el redactor del diario El Tiempo, Carlos Pulgarín, refugiado en España y que ayer asistió a uno de los actos celebrados en Madrid, quien recordó que "Colombia es el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo" por la triple amenaza que suponen las guerrillas, los paramilitares y el Ejército, con el narcotráfico de fondo.

El informe alerta sobre dos fenómenos recientes: el esfuerzo de cerca de 20 Gobiernos, el chino entre ellos, por controlar los contenidos informativos en Internet; y el hecho de que el periodista se haya convertido en un objetivo en las guerras, ya sean en Kosovo, Chechenia o Sierra Leona. Esta es una de las razones por las cuales el número de periodistas asesinados en 1999 casi ha duplicado el del año anterior, según los cálculos de RSF. Esta organización ha contabilizado 36 periodistas asesinados, mientras que la Unesco eleva la cifra a 87, lo que, según Castelló, se explica porque RSF sólo cuenta los casos comprobados de asesinatos por ejercer su profesión.

Por su parte, el Instituto Internacional de Prensa (IPI) formalizó ayer el nombramiento de 50 periodistas de todo el mundo como "héroes de la libertad de prensa", entre ellos el español Antonio Fontán. En el acto, celebrado en la ciudad estadounidense de Boston, la ex editora del The Washington Post, Katharine Graham, hizo en nombre de los premiados un llamamiento a defender la libertad de expresión frente a las presiones gubernamentales, informa Efe.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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