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La Filarmónica de Viena organiza un concierto en Mauthausen

La Orquesta Filarmónica de Viena, dirigida por Simon Rattle, interpretará el 7 de mayo la Novena sinfonía de Beethoven en el campo de concentración de Mauthausen, en la Alta Austria, donde los nazis mataron a más de 100.000 personas. Al singular concierto, concebido para conmemorar los 55 años de la liberación de los prisioneros, acudirán más de 7.000 espectadores, pero no se dará la bienvenida a ningún miembro del nuevo Gobierno austriaco. El promotor de este proyecto, Leon Zelman, judío superviviente del campo de Mauthausen, pidió que no vinieran los miembros del Gabinete. "Como superviviente del holocausto, siempre intenté contribuir a la normalización de mi país, pero lamento constatar que Austria nunca ha estado más lejos de este objetivo que ahora, porque el FPÖ no es un partido normal", dijo refiriéndose al Partido Liberal Austriaco, hasta hoy liderado por Jörg Haider, el ultraderechista que elogió como "correcta" la política laboral del III Reich. A Zelman le resulta "incomprensible que el presidente del Partido Popular (ÖVP) , que se dice cristiano, gobierne en coalición con un partido (FPÖ) que atiza el odio entre los humanos y fomenta los prejuicios". El canciller conservador, Wolfgang Schüssel, se limitó a comentar que "ningún austriaco debería ser exluido de la conmemoración".

Una opinión compartida por las corporaciones de estudiantes católicos conservadores, que condenaron el acto "excluyente" y ya el pasado sábado se apresuraron a realizar por su cuenta una ceremonia en Mauthausen para recordar que "las organizaciones de izquierdas que quieren monopolizar la moral no son las únicas que opusieron resistencia contra Hitler, sino también las corporaciones de estudiantes conservadoras y católicos", según Helmut Kukacka, diputado del Partido Popular.

Planes

El cambio de Gobierno, en febrero, echó por tierra los planes de un acto que estaba previsto con mucha anticipación. Fue necesario un relevo de las responsabilidades para poder prescindir de la presencia del Gobierno. En lugar del Ministerio del Interior, la organización pasó a manos de la Orquesta Filarmónica de Viena. Los discursos serán pronunciados por el presidente de Austria, Thomas Klestil, y por el comisario europeo de Agricultura, el austriaco Franz Fischler.

Pero los debates en torno a esta ceremonia, que lleva como título una cita del escritor Primo Levi (Quien no tiene recuerdos no tendrá futuro), comenzaron antes del vuelco político de Austria. Se alzaron varias voces contra un acto que consideraron "frívolo y escandaloso", como dijo la comentarista Marta Halpert, al indicar que "un matadero no es una sala de conciertos". También rechazan el concierto parte de las organizaciones de ex prisioneros austriacos, que, por su parte, se reúnen cada 5 de mayo en Mauthausen.

Rattle sostiene que la Oda a la alegría es ""perfecta para nuestro objetivo" porque "es a la vez recuerdo, arrepentimiento y respeto".

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