Carmen Iglesias, elegida para ocupar el sillón 'E' en la Real Academia Española La historiadora expresa su deseo de rendir homenaje a la escritora Emilia Pardo Bazán
La Real Academia Española vivió ayer uno de esos escasos momentos históricos en los que la inmensa mayoría de hombres que la forman (41 de 42) abre la puerta de la casa a una mujer. Carmen Iglesias, prestigiosa historiadora (es la única académica de la Historia) e intelectual comprometida con la libertad y la tolerancia, se convirtió ayer en la segunda académica, junto a Ana María Matute. Su candidatura, que presentaron Manuel Alvar, Eduardo García de Enterría y Juan Luis Cebrián, venció en la tercera votación a la del sociólogo Salustiano del Campo. Iglesias, que ocupará el sillón E en la Academia, declaró anoche que se sentía "muy emocionada" y expresó su deseo de rendir homenaje de Emilia Pardo Bazán.
"Ha ganado Carmen con mucha facilidad". La frase a media voz de Luis María Anson, al que le gusta oficiar de jefe de prensa alternativo de la Academia y saludar, uno a uno, a los periodistas que acuden a la casa y adelantarles unos segundos la noticia que luego da el director, Víctor García de la Concha, desveló pronto el resultado de las votaciones. A las 20.10, Carmen Iglesias (Madrid, 1942) se convirtió en la cuarta mujer de la historia miembro numerario de la Real Academia Española. La nueva académica declaró anoche a Europa Press que se sentía "muy emocionada" y que consideraba su elección como "un honor y una gran satisfacción". Asimismo, expresó su deseo de rendir homenaje a Emilia Pardo Bazán, que, "pese a sus méritos, nunca pudo entrar en la Academia". Iglesias ocupará el sillón E, vacante desde la muerte de Gonzalo Torrente Ballester en enero de 1999.Su candidatura, confirmó Víctor De la Concha, se impuso claramente, en la tercera y última votación, por "bastante más" de la mitad más uno de los votos necesarios. A la sesión celebrada ayer acudieron 28 académicos, que era el número justo de votos que necesitaba el candidato para ganar en la primera vuelta (dos tercios de la Academia); hubo cinco votos por correo, así que era casi imposible (siempre lo es) que alguien ganara en esa primera tanda. Iglesias se impuso claramente y en la segunda rozó el número que necesitaba, pero fue en la tercera donde se decidió todo.
Quizá tratando de frenar a los malpensados que puedan interpretar la fácil elección de Iglesias como un voto corporativo hacia la apertura de la Academia a las mujeres, De la Concha se apresuró a recitar los méritos científicos de Iglesias, sus numerosas publicaciones, su prestigio indiscutido. Contó además que la elección interna requería un especialista en ciencias sociales, y añadió: "Si además es mujer, miel sobre hojuelas. Pero aquí no hay cuotas de ningún tipo; sólo cuentan los méritos".
Tensión
De todos modos, se notaba cierta tensión, también entre los asistentes, que salieron corriendo dentro de un orden, como si el asunto de las faldas fuera un tabú innombrable. El ex director de la RAE Fernando Lázaro Carreter zanjó las dudas con un enérgico "hacen falta más mujeres" y Manuel Seco consideró las presuntas suspicacias una majadería: "En esta casa siempre han trabajado muchas mujeres. Cuando yo dirigía el diccionario histórico, por cada tres hombres había 12 mujeres. No se trata de mirar el género, sino el currículo, y acusar de machismo a la Academia requeriría analizar profundamente la historia de la casa. Es verdad que han faltado muchas mujeres importantes. Pero también es cierto que muchos hombres ilustres no fueron nunca académicos".
De la Concha, por su parte, reconoció que la Academia nunca ha tenido mujeres en abundancia. Destacó que Iglesias fue la discípula dilecta y predilecta de José Antonio Maravall y Luis Díez del Corral y consideró que la nueva incorporación será de gran ayuda para mejorar y actualizar el léxico de ciencias sociales.
El académico Manuel Alvar destacó ayer "su talento, su sabiduría y su sentido del compañerismo", "que para mí", afirmó, "son todo virtudes positivas".
Salustiano del Campo, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, que perdió por segunda vez la ocasión de entrar a formar parte de la Academia, había sido presentado por Rafael Alvarado, José Luis Pinillos y Valentín García Yebra.
Con Ana María Matute
Carmen Iglesias será la cuarta mujer en la Real Academia Española. Las dos primeras mujeres que fueron elegidas miembros numerarios de la institución fueron las fallecidas Elena Quiroga y Carmen Conde. La tercera fue Ana María Matute, que ingresó en enero de 1998 con un discurso sobre la influencia del bosque y de sus personajes en la literatura.
Iglesias y Matute serán, pues, las dos únicas mujeres académicas de la RAE cuando la primera pronuncie su discurso de ingreso.
Carmen Iglesias es también académica de la Historia, además de directora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Para la Academia de la Historia fue elegida en 1989 e ingresó dos años después. Entonces fue presentada por Miguel Artola, Gonzalo Anes y Luis Díez del Corral. En la Academia de la Historia fue también la segunda mujer miembro de la institución, tras Mercedes Gaibrois de Ballesteros, que fue elegida en la década de los cuarenta. Ocupa el sillón que anteriormente perteneció a Antonio de Vargas-Zúñiga.
En una entrevista publicada en 1994 en EL PAÍS, Carmen Iglesias contestaba respecto a lo que, en su opinión, quedará del siglo XX: "Lo más importante es la incorporación de la mujer. Y la revolución tecnológica". Y sobre las dificultades a las que ha tenido que enfrentarse en su larga carrera profesional sólo por ser mujer, la historiadora decía: "Yo, en la facultad, me sentía muy querida, pero cuando fui la primera mujer vicedecana me pasaron factura. Y cuando saqué la cátedra, frente a tres varones, no me lo perdonaron nunca. Además recibí un anónimo tremendo, absolutamente de grupo profesional: eso sólo se lo hacen a una mujer".
Preceptora del Príncipe y de la Infanta Cristina
Directora del Centro de Estudios Constitucionales desde 1996, miembro de la sección española de la Trilateral junto a Victoria Camps, mujer separada y sin hijos, Carmen Iglesias nació en Madrid en 1942.
Discípula y ayudante del profesor Luis Díez del Corral, catedrática de Historia de las Ideas en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense (en la que estudió en los años sesenta) y académica de la Historia desde 1989 (fue la segunda mujer que ingresó en la institución), la fama le llegó a esta luchadora clandestina contra el franquismo de una forma paradójica: por la vía monárquica.
Primero, fue tutora de la infanta Cristina en 1984, cuando ésta empezó sus estudios en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología; luego fue preceptora del príncipe Felipe, al que ilustró en cuestiones históricas en dos periodos: a finales de los años ochenta y en 1994.
Especialista en el siglo XVIII europeo, Iglesias ha obtenido numerosos premios y distinciones a lo largo de una carrera investigadora muy activa y prolífica, en la que ha escrito libros sobre Rousseau, Montesquieu, Comte, el germen de los sentimientos nacionalistas o la Ilustración norteamericana.
Organizadora de exposiciones, su trabajo más relevante en ese campo fue quizá la muestra sobre Felipe II del año del centenario, en la que intentó acabar con esa sombra de maldad y fracaso absolutos, con esa "figura tópica y siniestra" que pesaban sobre el monarca.
Iglesias recibió en 1996 el Premio Correo a los Valores Humanos, de manos de su ex alumno el príncipe Felipe, en un acto en el que la historiadora hizo un llamamiento a la tolerancia y en el que el Príncipe alabó las cualidades personales y docentes de su preceptora.
Los que la conocen definen a Carmen Iglesias como una mujer de inteligencia suave, enemiga de los tópicos, los estereotipos y de la visión maniquea de la historia.
Babelia
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