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El IVAM recorre la historia del siglo XX a través del arte generado en Berlín

La exposición reúne por primera vez en España 400 piezas de la Berlinische Galerie

Ferran Bono

Desde el expresionismo alemán hasta las últimas tendencias, con obligada parada en el dadaísmo, el nuevo objetivismo y los artistas de las vanguardia rusa. La exposición Berlín siglo XX. La colección de la Berlinische Galerie, inaugurada ayer en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), recorre los principales movimientos artísticos de la centuria generados en una de las capitales más emblemáticas de la modernidad. Es un repaso a la historia a través de las 400 piezas de significados artistas reunidas en la muestra producida por el prestigioso museo berlinés.

Berlín fue, y es, punto de encuentro y lugar de paso. Bajo esta premisa que rige el museo berlinés desde su fundación en 1975, la exposición exhibe pinturas, esculturas, fotografías, dibujos e instalaciones de artistas alemanes y de los que acudieron a la llamada de la ciudad. Hasta el 2 de abril se podrán ver en el museo valenciano -única escala en España de la muestra-, obras de Beckmann, Kirchner, Grosz, Schwitters o Uhlmann; de los rusos Gabo, Lissitzky o Rodchenko; del húngaro Moholy-Nagy, o de los norteamericanos Rickey y Kienholz, entre muchos otros."Es una ocasión única de contemplar un excepcional conjunto de piezas que tratan un completo panorama de lo mucho que ha significado Berlín para el arte y la cultura del siglo XX", manifestó ayer el director del IVAM, Juan Manuel Bonet. La renovación de las salas de la Berlinische Galerie ha posibilitado la amplia selección de obras y la itinerancia de la exposición, que se ha visto en Bonn y Grenoble, antes de recalar en Valencia. Próximamente se exhibirá en el Museo Serralves de Oporto.

El director del museo berlinés y comisario de la muestra (junto a Ursula Prinz), Jörn Merkert, señaló que los fondos dadaístas del centro, procedentes del archivo de Hausmann, constituyen "la mejor colección del mundo". También coincidió con Bonet en destacar las obras del nuevo objetivismo y del constructivismo de los artistas del Este. El caos generado tras la caída del imperio alemán en la I Guerra Mundial fue caldo de cultivo para el surgimiento de estas nuevas tendencias, que se recogen en la muestra en tres salas consecutivas con el fin de dar idea de simultaneidad.

El movimiento dadá adoptó en Berlín sus aspectos políticos más comprometidos, además de acentuar su gusto por la provocación, el humor y el sinsentido. Anarquistas como Hausmann se unieron a espartaquistas como Heartfield o Schelichter. Mientras, a comienzos de los años veinte, atraídos por la efervescencia intelectual berlinesa, artistas húngaros, rumanos y rusos se instalaron en la capital alemana, difundiendo las vanguardias.

En este sentido, Merkert resaltó el conjunto de obras de Naum Gabo, que se creía perdido, y que representa un hito fundamental en el constructivismo. El comisario relacionó el trabajo del escultor ruso, y el de Rickey y el del alemán Ulhmann con las del escultor catalán Julio González, de quien el IVAM posee los fondos museísticos más importantes. También en los años veinte, se regresa al realismo, frío o caricaturesco, de la nueva objetividad, dominada por Grosz y Otto Dix, surgidos del dadaísmo.

El recorrido expositivo prosigue con una sala dedicada a la fotografía que da paso a las contribuciones más modernas. El nuevo expresionismo, fruto del agotamiento de la abstracción posterior a la Segunda Guerra Mundial, está representado por Baselitz y otros artistas, como Koberling o Marwall. Vostell, conocido sobre todo por sus happenings callejeros y su pertenencia a Fluxus, antecede a las obras urbanas de los años ochenta de los jóvenes salvajes, como Middendorf o Fetting, que responden al realismo crítico anterior.

La exposición, que se abre con el expresionismo de Kirtchner y el Grupo de Noviembre (integrado por Otto Müller, entre otros), se cierra con las instalaciones de maniquíes y mobiliarios, verdaderas críticas sociales y políticas, de Kienholz.

La ciudad vive un nuevo "caos creativo" aún por ponderar

Berlín, París y Nueva York son las tres capitales del arte del siglo XX, según se afirma de manera canónica. La caída del muro de Berlín en 1989 ha vuelto a convertir a la ciudad alemana en un hervidero artístico y cultural, si bien el director de la Berlinische Galerie, Jörn Merkert, considera que es aventurado equiparar la situación con la efervescencia de los años veinte. "Hay un caos creativo tras la caída del muro y de las viejas estructuras", afirmó. No obstante, señaló que se necesita una "distancia temporal y espacial", para calibrar la importancia del momento.

El comisario de la muestra y miembro del consejo rector del IVAM, comentó que la Berlinische Galerie apenas tenía obra del Berlín Este, hasta la caída del muro. Ahora la situación se está corrigiendo. La exposición incluye trabajos de estos artistas y el completo catálogo, un artículo con el significativo título Berlinische Galerie Oriental. ¿Qué hacer?

Merkert considera que la exposición "refleja el siglo XX a través del arte", aunque se ha tenido que postergar algún movimiento por el espacio, que, por otra parte, ha impedido exhibir los fondos de arquitectura contemporánea del museo. El comisario recordó los grandes episodios históricos que ha vivido Berlín, y a los artistas perseguidos por los nazis, algunos de los cuales murieron en Auschwitz, como Nussbaum.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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