El bebé nacido de la mujer en muerte cerebral sufre una grave infección

El bebé sietemesino que nació el pasado 31 de diciembre en Gijón de una mujer que llevaba mes y medio en estado de muerte cerebral padece una "infección intestinal severa". El niño fue evacuado ayer al hospital Central de Asturias, en Oviedo, desde el hospital de Cabueñes, de Gijón, donde permanecía bajo atención médica desde el momento de su nacimiento. El pequeño ha sido entubado y necesita respiración asistida.

El bebé, un varón de 1,29 kilos en el momento de nacer al cabo de 29 semanas de gestación, sufre una "enterocolitis necrosante". Según el último parte médico, ha sido entubado y necesita respiración asistida tras confirmarse el diagnóstico inicial, que indicaba la presencia de "alteraciones digestivas que evolucionaron hacia una infección intestinal severa".En opinión de los responsables facultativos, la situación requiere dieta absoluta, soporte de alimentación intravenosa y tratamiento con antibióticos. La detección de gas en la pared de las asas intestinales, tras el examen del abdomen con rayos X, junto a una elevada cantidad de proteína C reactiva y una coagulación alterada, confirmó el diagnóstico de "enterocolitis necrosante", motivo del traslado del niño desde Cabueñes al hospital Central de Asturias, donde recibe alimentación intravenosa y tratamiento con antibióticos en el servicio de Neonatología.

Al pequeño se le apreciaron el pasado fin de semana alteraciones digestivas, que ayer por la mañana evolucionaron hacia una infección intestinal severa, según un primer parte médico del hospital gijonés. Ese cuadro clínico y la posibilidad de que el bebé precisara de una "vigilancia quirúrgica" aconsejaron su traslado al hospital Central de Asturias, que es el complejo hospitalario de cabecera del Insalud en la comunidad. Según este centro médico, "por el momento no se precisa intervención quirúrgica".

El niño nació mediante cesárea el 31 de diciembre de una mujer de 34 años, Milagros L. M., a la que se le había diagnosticado muerte cerebral el 14 de noviembre a causa de una "hemorragia cerebral masiva", motivada probablemente por una infección general.

Incubadora natural

Por petición expresa de la gestante, que en el momento de su muerte cerebral estaba embarazada de 21 semanas y 4 días, y con el conocimiento y aprobación de su familia, los médicos del hospital de Cabueñes decidieron mantener artificialmente con vida a la gestante para que siguiese actuando como incubadora natural de su hijo.

Para ello, se la sometió a ventilación mecánica continua, uso de drogas vasoactivas, nutrición parenteral (por vena) y tratamiento hormonal, con el suministro periódico de dos drogas de hipófisis y de tiroides. Desde entonces, la mujer, que presentaba ausencia total de signos clínicos y de actividad tanto cerebral y troncoencefálica como eléctrica, sólo mantuvo la actividad medular.

Aunque el propósito inicial del equipo médico era prolongar artificialmente la vida de la madre hasta finales del presente mes para que el feto superara las 32 semanas de gestación, momento que se consideraba más propicio para provocar el parto, un aumento del líquido amniótico aconsejó a los facultativos anticipar la intervención y extraer del claustro materno al bebé a las 29 semanas de gestación. La decisión se tomó ante la posibilidad de que se desencadenase un parto prematuro y tras verificar que la madurez fetal era suficiente.

Al bebé se le diagnosticó poco después del parto una leve dificultad respiratoria como consecuencia de una infección intrauterina, aunque su estado general fue calificado de satisfactorio. Días después se informó de que el pequeño evolucionaba correctamente en una incubadora y recibía alimentación oral. El equipo médico dijo entonces que se mantendría la vigilancia ante el riesgo de que el niño pudiera desarrollar algunas de las enfermedades que padecía la madre, como la hepatitis de los tipos B y C.

A la mujer, Milagros L. M., de 34 años, soltera y sin pareja estable, se le certificó la muerte minutos después del parto mediante cesárea y recibió sepultura el 1 de enero en Luanco, su localidad natal.