Francia, Suiza y Bélgica recuerdan que sus demandas de extradición están sobre la mesa
Francia, Suiza y Bélgica habían solicitado, además de España, la extradición de Augusto Pinochet. En Alemania ya existían las gestiones para ello. Ayer, estos países reaccionaban con cautela ante el anuncio realizado en Londres y recordaban, de una u otra manera, que esas demandas de extradición siguen sobre la mesa. El juez francés Roger Le Loire pidió por escrito al ministro de Exteriores de su país, Hubert Védrine, que pida a Londres que le permitan interrogar al ex dictador. El fiscal que solicitó en Suiza la extradición declaró que Londres está preparando "una salida hipócrita".
"Me permito insistir para que intervenga vivamente ante las autoridades británicas a fin de que mi comisión rogatoria internacional pueda ser realizada en los menores plazos posibles", indica el juez en el escrito enviado al jefe de la diplomacia francesa. Roger Le Loire instruye en Francia las denuncias por "secuestro seguido de torturas" presentadas por las familias de cinco ciudadanos franceses desaparecidos en Chile entre 1973 y 1977. Sobre esta denuncia, el juez parisiense libró hace tiempo una orden de arresto internacional seguida de una demanda de extradicción que no ha encontrado eco alguno en las autoridades del Reino Unido.A juzgar por las reacciones de la ministra de Justicia, Elisabeth Guigou, y de la portavoz de Exteriores, Anne Gazeau-Secret, no parece que el Gobierno de París esté por la labor de presionar verdaderamente a Londres. La postura del Ejecutivo francés resulta deliberadamente ambigua, a medio camino entre el proclamado respeto a las denuncias de los familiares de los desaparecidos y la aceptación de la tesis "humanitaria" esgrimida por el Gobierno de Tony Blair. Uno de los abogados de las víctimas francesas, la letrada Sophie Thonon, anunció su propósito de pedir al Tribunal Europeo de Estrasburgo que mantenga la detención del ex dictador, mientras que la Federación Internacional de los Derechos Humanos exigió que Augusto Pinochet sea sometido a un contraanálisis médico bajo la autoridad, esta vez, de los tribunales de justicia. París ha tomado "nota de los elementos".
En Suiza, un portavoz de la Oficina Federal de Policía, Folco Gali, declaró: "No está excluido que en los próximos días reaccionemos de alguna manera. No podemos decir que no lo vamos a hacer". La demanda de extradición suiza se basa en una petición de arresto por parte de la fiscalía del cantón de Ginebra, cuyo procurador general, Bernard Bertossa, tiene abierto un proceso penal contra Pinochet por el secuestro y asesinato del ciudadano suizo-chileno Alexei Jaccard, desaparecido en Buenos Aires en 1977 durante la Operación Cóndor, realizada conjuntamente por Chile y Argentina. Galli recordó que esta demanda es aún "válida", informa France Presse. El fiscal general del cantón de Ginebra, Bertrand Bertossa, quien solicitó la extradición de Pinochet, calificó la solución británica de "hipócrita", informa Efe. Para Bertossa, los motivos de salud serían determinantes si Pinochet "no pudiera moverse, ni ser trasladado o estuviese en el lecho de la muerte". Aunque Bertossa cree que "no todo está acabado", no ve cómo pueden las partes interesadas presentar opiniones sobre la salud de Pinochet en un plazo de siete días "sin hacer ellas mismas un contrarreconocimiento, lo que evidentemente no es concebible".
Consecuencias
El Gobierno belga estudiaba ayer las "consecuencias jurídicas" de la posible libertad de Pinochet, y recordaba que su demanda de extradición "todavía está sobre la mesa". Bélgica ha pedido a su embajador en Londres que obtenga informaciones complementarias ante el Ministerio del Interior, respecto al certificado médico del senador. "Bélgica está también en contacto con los demás países que han solicitado la extradición de Pinochet por crímenes contra la humanidad con el fin de informarnos sobre nuestras posiciones en relación con la decisión de Londres", afirmó un portavoz.
En Berlín, los abogados de las víctimas alemanas lamentaron no tener margen de maniobra para obstaculizar el regreso a Chile de Pinochet, ya que los fiscales aún no han pedido a los jueces que emitan una orden de detención. "No podemos hacer nada, salvo seguir esperando la decisión de la fiscalía de Düsseldorf, que debería haberse producido ya", declaró el abogado Konstantin Thun, encargado de dos de las tres denuncias alemanas.
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