Los responsables del chequeo son "destacados especialistas"
El hospital Northwick Park, con su reconocido departamento de geriatría, pertenece a la red de centros públicos británicos. Situado al norte de la capital británica, cuenta entre su equipo clínico con el especialista en geriatría doctor Michael Denham, uno de los responsables de las pruebas médicas a las que accedió a someterse el general Augusto Pinochet el pasado 5 de enero.Junto a Denham intervinieron en el exhaustivo chequeo de más de siete horas de duración, Sir John Grimely Evans, profesor en geriatría clínica en la Universidad de Oxford; Andrew Lees, catedrático de neurología y neurocirujano en el Hospital Nacional de Londres, y la neurosicóloga Maria Wyke.
Presentados como "destacados especialistas a nivel nacional e internacional", según reiteró el ministro del Interior, Jack Straw, en su primera comparencia en el Parlamento de Westminster tras anunciar la noche anterior su inclinación a frenar el proceso de extradición del ex dictador. Ninguno de ellos tiene, dijo frente a los diputados, "un interés personal en el caso".
El problema del idioma -Pinochet no domina el inglés- se solventó a través del profesor Lees y la doctora Wyke, quienes, señaló Straw, hablan un castellano fluido. Parece ser, además, que Henry Olivi, médico personal del exdictador en Chile, estuvo presente durante el examen que se llevó a cabo a petición del Gobierno de Santiago.
Un cúmulo de dolencias
El contenido del informe final es confidencial a sugerencia y presión del propio general. No obstante, la prensa británica y otros medios internacionales coinciden en resaltar una serie de dolencias que presuntamente sufre Pinochet. De acuerdo con estas informaciones, el general lleva un marcapasos, es diabético y dado a las depresiones desde su arresto domiciliario, a las afueras de Londres, hace 15 meses. La diabetes, sugieren algunos medios, le ha producido complicaciones renales y una neuropatía en las manos y pies.
Algunas fuentes resaltan graves problemas de circulación que le podrían confinar a una silla de ruedas. Pero, el pasado 5 de enero, Pinochet caminó hasta la puerta del hospital ayudado por un bastón.
Una intervención quirúrgica fue el motivo de la visita de Pinochet a Londres, en octubre de 1998, y un examen médico se presenta estos días como el pasaporte que le permitirá retornar a su país. Las víctimas de la dictadura temen por la rápida recuperación de este militar, acusado de crímenes de tortura, a su regreso a Santiago de Chile.
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