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Los ambientalistas frenan en Brasil la amnistía para delitos ecológicos

Juan Arias

Las presiones de las Asociaciones ambientalistas, sobre todo del WWW y de Greenpeace, han conseguido aplazar hasta marzo del 2000 la votación sobre el nuevo Código Forestal brasileño que debía haber sido votado ayer por el Parlamento de Brasil y que preveía, entre otras cosas, una amnistía general contra los delitos ecológicos del pasado.El nuevo proyecto de reforma del Código Forestal había sido calificado por la prensa de brasileña de "crimen ecológico". Apoyado en principio por el Gobierno y por el Consejo Nacional de Agricultura, que agrupa a la poderosa corporación de los grandes propietarios rurales, el proyecto fue enseguida objeto de duras críticas de todas las ONG internacionales que se movilizaron, sobre todo a través de Internet, para bloquear su aprobación. Ante estas presiones, el propio ministro de Medio Ambiente, José Sarney, se ofreció para mediar en el Parlamento y ante el Presidente de la República, Fernando Henrique Cardoso.

Al final, los ecologistas lograron ganar la primera batalla ya que los propietarios, que son el lobby más fuerte del Parlamento, aceptaron atrasar hasta marzo próximo la votación para que la oposición de izquierdas y los ecologistas puedan presentar propuestas alternativas.

La reforma del Código Forestal había sido presentada al Parlamento con procedimiento de urgencia sin consultar, como es obligación en estos casos, a la Cámara Técnica del Consejo Nacional del Medio Ambiente, donde están representadas todas las fuerzas políticas y de la sociedad.

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