_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Amén

Empieza a haber memoria escrita del exilio político latinoamericano de los años sesenta y setenta, hijo del holocausto de las izquierdas del Cono Sur, aquella limpieza étnica programada en el DCP (Departamento del Canibalismo Político) de la guerra fría. Llega a mis manos La huida del horror no fue olvido, de Silvina Inés Jensen, profesora de la Universidad de Bahía Blanca (Argentina), especialista en el estudio de 20 años de exilio argentino en Cataluña. Piedra a piedra, memoria sectorial a memoria sectorial, se va construyendo el edificio de la historia crítica; frente al tópico de que la historia la escriben los vencedores, hay que contemplar la evidencia de que con el tiempo la reescriben los historiadores teniendo en cuenta la razón de los vencidos.El libro me llega en pleno alboroto por la medida de Garzón de perseguir internacionalmente a los matarifes argentinos, y otra vez el leguleyismo se ha echado a la calle, cuando no la filosofía de lo políticamente correcto, esa sarna yuppy que empieza a extenderse como una epidemia y que afecta en primer lugar a los ojos, que son las ventanas del espíritu. Otra vez salen los profesionales de la razón pragmática, apologetas indirectos de los genocidas, arguyendo que se trata de un puro acto testimonial o teatral porque los matarifes fueron juzgados o indultados. Que quedará en testimonio, ya lo sabemos, pero que los matarifes se sientan zarandeados por las miradas del mundo e incapacitados para tener algún día el nombre de una avenida, de un lago, de un páramo, de un glaciar.

Oswaldo Bayer, el historiador argentino insurgente por antonomasia, me decía que la toponimia de su país y el nomenclátor de las calles principales han sido nominados con los apellidos de genocidas psicópatas que blanquearon el país exterminando indígenas. No sólo fueron los españoles o los militares criollos, sino también los colonos de la posindependencia que matando al indio le expropiaban sin que el indio pudiera guardarles rencor. España está llena de toponimias y nomenclátors de asesinos autoindultados, y sólo la memoria histórica podrá afearles su conducta por los siglos de los siglos. Amén.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_