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Reportaje:

El negocio de los residuos industriales

Ocho plantas en España y tres en Sudamérica conforman el grupo Hidronor Ambiente, dedicado a la gestión y reciclaje de residuos industriales desde hace 25 años. Esta empresa, con sede en Getxo (Vizcaya), nació en 1974, cuando no había legislación que obligara a tratar los residuos que la producción industrial generaba. "Teníamos que apelar a la conciencia medioambiental de los empresarios y a su imagen para que contrataran nuestros servicios", comenta Iñigo Sanz, consejero delegado de Hidronor Ambiente, quien destaca que en estos últimos 25 años "ha evolucionado mucho la conciencia medioambiental".

Este hecho y, sobre todo, la proliferación de normas que obligan a los empresarios a reciclar y tratar los residuos industriales ha empujado el crecimiento de Hidronor. Esta empresa abrió su primera planta en Amorebieta, que fue la instalación española pionera en la gestión de desechos industriales. Hasta 1986 no apareció en España la primera ley que obligaba a gestionar y reciclar los residuos de la industria. "No había control por parte de la Administración ni inspectores de medio ambiente y nuestra competencia entonces era el vertido ilegal", explica Sanz.

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Al contrario de lo que le ocurre a la mayoría de las empresas, la aparición de otras empresas de reciclaje de residuos industriales ha favorecido al grupo Hidronor "porque entre todos estamos creando un sector y haciendo emerger una serie de residuos que antes no se gestionaban", asegura el consejero delegado.

Aunque la evolución en los últimos años es indudable, todavía se calcula que entre un 25% y un 30% de los residuos que genera la industria no se gestiona. Prueba de ello es que muchas veces los comerciales de esta empresa vasca, cuando van a ofertar sus servicios a las empresas, se encuentran con que ni siquiera conocen las leyes que están obligados a cumplir. "Ocurre sobre todo en las empresas pequeñas", matiza el consejero delegado de Hidronor, que tiene una cartera de más de 3.200 clientes.

Informar a los empresarios de sus obligaciones legales, caracterizar los residuos que generan y recomendarles cómo manipular, envasar, etiquetar, transportar y almacenar correctamente esos productos son las labores que realizan los 25 comerciales del grupo vasco, que realizan una media de 200 visitas cada semana. "Los comerciales venden concienciación medioambiental", asegura Sanz.

La gestión integral de residuos industriales y algunos tratamientos especializados, como aerosoles y baños de siderurgia, son las dos áreas de negocio de Hidronor Ambiente. "Damos un servicio global a las empresas a través de nuestros centros de transferencia donde se recibe cualquier tipo de residuo, se caracteriza y se clasifica y con nuestros centros de tratamiento, donde se tratan y reciclan los residuos", destaca Sanz.

Internacionalización

La empresa, que ofrece sus servicios a empresas españolas y portuguesas, comenzó el proceso de internacionalización en 1992. Ese año se constituyó Hidronor Chile, que está participada al 50% por la empresa vasca y el grupo belga Machiels. Por la cantidad de permisos necesarios para abrir una planta de tratamiento de residuos industriales hasta 1997 no comenzó a funcionar la planta de Santiago de Chile. "Hubo 13 organismos chilenos que analizaron nuestro proyecto porque consideraban que tenían competencia para decidir sobre nuestra planta", comenta el consejero delegado.

En Chile, el grupo ha invertido 2.000 millones de pesetas en unas instalaciones de 105 hectáreas [unos 105 campos de fútbol] que integran todos los tratamientos que en España se reparten en ocho plantas. Además, Hidronor Ambiente cuenta con una instalación en Cali (Colombia), en la que recuperan los residuos que producen las destilerías de alcohol que trabajan con caña de azúcar. Para la recuperación de estos desechos el grupo vasco utiliza una patente llamada Kimel que adquirió hace tres años.

"Es una tecnología exclusiva nuestra que sustituye a otro aditivo que se obtiene de la tala de árboles, con lo que conseguimos solucionar un residuo, valorizarlo y dejar de utilizar el lignosulfanato, que se obtiene de la tala de árboles", explica el consejero delegado de Hidronor, que espera abrir su tercera planta en el extranjero, en Argentina, el próximo año. En este proyecto el grupo vasco invertirá 2.000 millones de pesetas.

Además de la gestión integral de residuos, el grupo Hidronor se dedica a la limpieza de playas, cuenta con un servicio de emergencia de tratamiento de residuos y fabrica un combustible alternativo a partir de ciertos residuos que reúnen un alto poder calorífico y una composición adecuada. Mediante un sistema importado de los países más avanzados en gestión medioambiental y denominado blending [mezclar], Hidronor ha pasado de quemar esos desechos a recuperarlos para la fabricación de este combustible, que se dirige fundamentalmente a las empresas cementeras. "Cuesta entre cinco y siete veces más incinerar que transformar estos desechos en combustible", asegura Sanz.

El empresario Juan Celaya es el principal accionista del grupo Hidronor Ambiente, que tiene un ambicioso plan de expansión. En el próximo trienio, invertirá 1.700 millones de pesetas en abrir siete nuevas instalaciones en España. Con estas plantas pretende aumentar del 60% actual hasta el 80% el porcentaje de residuos que ellos mismos son capaces de reciclar y dejar de exportar estos desechos a otros países para su recuperación. En 1998, Hidronor facturó 3.515 millones de pesetas [21,1 millones de euros]. Este ejercicio espera facturar 4.000 millones de pesetas y tratar 140.000 toneladas de residuos industriales.

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