La cumbre paralela alerta ante la 'Europa fortaleza'

Las organizaciones no gubernamentales que se han dado cita en una cumbre paralela miran con desconfianza y desazón el trabajo de los dirigentes comunitarios. El temor de que se esté construyendo una Europa fortaleza parece ganar más y más adictos. Amnistía Internacional manifestó ayer que la presente cumbre debe establecer "una clara distinción entre temas como asilo e inmigración para asegurar que el control migratorio no menoscabe los derechos de los refugiados".La organización calificó como "oportunidad única de reabrir las puertas de Europa a las personas que escapan de la represión". Pero, por otro lado, reconoció que existe el riesgo que los jefes de Estado y de Gobierno simplemente confirmen el aumento del control policial y una política de muros infranqueables. Sin duda, el marco jurídico común sobre asilo dará durante este fin de semana sus primeros pasos. "Desgraciadamente, todo parece indicar que el proceso de uniformar criterios en esta materia comienza sobre mínimos, con la adopción de un mínimo de normas. Por tanto, la armonización será a la baja, no respetando así el derecho de los refugiados establecidos con anterioridad en la Convención de Ginebra y en el Acuerdo Europeo de los Derechos Humanos", según la secretaria ejecutiva europea para el asilo de Amnistía Internacional, la doctora María Teresa Gil-Bazo.

Migraciones masivas

"Los derechos humanos son, sobre todo, un concepto europeo, y su principal documento, la convención de Ginebra, firmada en 1951, fue concebido para solucionar un problema europeo, que era el de las migraciones masivas. Hoy por hoy no tenemos olas migratorias en Europa", recuerda la portavoz española. "Durante décadas, en países europeos se premiaba a los civiles que ayudaban a las víctimas de guerra, sobre todo los que ayudaron a los judíos. En la actualidad hay Estados miembros de la Unión que quisieran criminalizar a aquellos que ayudan a los refugiados", dijo Gil-Bazo.

Amnistía Internacional llama a los dirigentes comunitarios a "atajar causas y raíces de los fenómenos que causan las migraciones en los países de origen, en particular la violación de los derechos humanos".

También la galardonada organización Médicos sin Fronteras expuso sus reservas sobre el naciente espacio jurídico común. "Los Estados miembros de la Unión deben atacar los problemas de raíz y así reducir la necesidad de emigrar, creando al tiempo condiciones en los países de origen para que la gente permanezca en sus casas, sin cerrarles las puertas cuando ellos realmente necesiten protección", dijo el director belga de la institución, Alex Paricel.