Los derechos del whisky
El Tribunal Supremo ha ratificado la multa de un millón de pesetas que la Comunidad de Madrid impuso a una discoteca por vender whisky de garrafa. Una inspección descubrió la falsificación.He quedado perplejo por la ejemplaridad del castigo y, sobre todo, de la contundencia con la cual han quedado defendidos los derechos de las marcas de whisky y de la Hacienda pública.
Según la noticia que pude leer, "... al no haber concurrido las circunstancias de riesgo para la salud...", los derechos protegidos son de índole económica, no sanitaria. Quien consumió el alcohol adulterado sólo ha tenido que soportar alguna resaca, quizá un poco más dura que las otras.
No obstante, me he preguntado de cuánto sería la multa. La Comunidad de Madrid no debe de estar satisfecha del resultado de estas inspecciones contra el fraude. Porque los derechos protegidos nada tienen que ver con los delitos cometidos contra los adolescentes al mismo tiempo y mientras encontraban las botellas rellenadas con el whisky a granel. Es posible que, en el caso de haber seguido funcionando esta discoteca, hubiera sacado a la circulación las botellas etiquetadas con marcas registradas de nombre y prestigio.
Pero también es verdad que ese mismo whisky de calidad ha podido ser consumido por adolescentes. La multa, en este caso, ha obtenido el efecto correccional buscado. Pero aún me formulo otra pregunta: ¿cuántos locales irían a la ruina si la inspección actuara con la misma contundencia que ha practicado con el whisky de garrafa? ¿Y de cuánto sería la multa si calibraran la cantidad de jóvenes menores de edad que consumen alcohol en todo tipo de bares? Es una auténtica pena que tengan más protección los derechos del whisky y de Hacienda que los derechos de un adolescente.
El señor Ruiz-Gallardón algo tendrá que decir ahora que también es responsable de la educación.- . .
