Secuestrados tres españoles de la misma familia en la frontera entre Ecuador y Colombia

Tres españoles, una pareja de recién casados y el hermano de la novia, fueron secuestrados ayer en la región amazónica de Ecuador a sólo 60 kilómetros de la frontera de Colombia. Nadie se ha atribuido el secuestro, pero, extraoficialmente, las autoridades ecuatorianas temen que sea obra de la guerrilla colombiana. Ocho canadienses y un estadounidense fueron capturados en la misma operación. La mujer de uno de los rehenes españoles cree que "estaban esperando a los americanos ". Y añade: "Detrás venía el coche de ellos y, como eran extranjeros, también se los llevaron".

María Jesús Mimenza y su esposo, Jesús María Magunagoicoetxea, ambos de 29 años, de viaje de novios en Ecuador, acompañados por el hermano de la novia, Ander, de 26, cooperante en Quito, y de una compañera de trabajo de éste, la canadiense Sabine Roblain, también de 26 años, fueron secuestrados en la mañana del sábado en la frontera de Ecuador con Colombia por un grupo de unos 25 hombres armados que vestía uniformes militares. Un soldado ecuatoriano murió al intentar enfrentarse a los captores. Los militares ecuatorianos sólo evitaron que otro canadiense fuera también capturado. La esposa de Ander Mimenza, Sofía Marroquín, aseguró ayer desde Quito a la Cadena SER que, "según testigos, los secuestradores tenían acento colombiano". En una conversación telefónica posterior con este diario, Marroquín añadió que el taxista, el guía y otra cooperante ecuatoriana que viajaba en el grupo y que no fueron secuestrados aseguran que los captores eran colombianos. Sofía Marroquín, que no viajó con sus familiares porque tenía que trabajar el lunes, piensa que el secuestro fue producto de la mala suerte: "Creo que fue circunstancial, que estaban esperando a los norteamericanos y dos coches más atrás venían ellos. Como eran extranjeros, también se los llevaron".

Los norteamericanos a los que se refiere Sofía son siete canadienses y un estadounidense de la empresa United Pipeline, del mismo grupo de la petrolera City Investing, que opera en Ecuador.

Sofía Marroquín, que vive desde febrero con Ander en Quito, donde ambos trabajan como cooperantes, no recuerda ningún secuestro por parte de los grupos armados colombianos en territorio ecuatoriano: "Sí sé que ha habido asaltos para robar a los turistas en esa región, y la gente de allí dice que los colombianos entran y salen cuando quieren por esa zona selvática de Ecuador".

El grupo de españoles pensaba pasar el fin de semana en el parque natural de Cuyabeno, en el departamento de Sucumbío de la amazonia ecuatoriana. Después, la pareja de novios tenía previsto regresar a Quito para, desde allí, volver a Bilbao, y Ander y su compañera se iban a quedar en la localidad de Lago Agrio para hacer unas gestiones en una de las cadenas de radio de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), la red de emisoras educativas para la que trabajan. Esta organización aseguró ayer que el Gobierno ecuatoriano se ha comprometido a peinar la zona para intentar dar con los secuestrados. El diario ecuatoriano Hoy publicaba ayer que la policía admite extraoficialmente que los secuestradores son probablemente miembros de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

La esposa de Ander asegura que el jefe de seguridad de la Embajada española en Ecuador, Rafael Monge, está en permanente contacto con ella. El consulado telefoneó a Bilbao a la familia de su esposo y cuñados en la madrugada de ayer, pocas horas después del secuestro. Las familias de los cuatro residen en Vizcaya, en Bilbao y Gernika y, según Sofía, los padres de Ander y María Jesús reaccionaron con mucha serenidad a la noticia de la captura de sus hijos. Sofía dice estar segura de que todo se resolverá, pero teme "que no será pronto". "Imagino que ya que los tienen, pedirán algo a cambio", confiesa.

En la Embajada se cree que los captores "presumiblemente son miembros de las FARC". La Oficina de Información Diplomática confirmó la identidad de los españoles.