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CAMBIOS EN LAS RELACIONES AMERICANAS

El diálogo entre militares y civiles en Chile comienza con fuertes críticas

El primer diálogo entre militares y civiles sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) comenzó ayer en el Ministerio de Defensa chileno, con la participación del titular de esa cartera, Edmundo Pérez, tres generales y un contralmirante -en representación de los jefes de las Fuerzas Armadas-, y cuatro prestigiosos abogados especializados en la defensa de las víctimas de la represión. Varios representantes de las iglesias, y algunos intelectuales actuaron de observadores. Sin embargo, el diálogo comenzó sin una voz, la de los familiares de los desaparecidos. Frente al edificio del Ministerio, unos 150 miembros de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) protestaron por considerar que este diálogo obedece a las presiones de los militares que buscan la impunidad, preocupados por el continuo desfile de sus altos mandos ante los tribunales. "¡La mesa es un fraude!" y "¡Con justicia y verdad a parar la impunidad!" fueron los lemas de los manifestantes.El ministro resaltó que esta primera reunión cumplió el objetivo de "instalar la mesa", y dijo que no hay plazos fijados (el próximo encuentro será el 31 de agosto). Al comenzar la reunión, una de las abogadas que asistió, Pamela Pereira, no estrechó la mano a los militares y les explicó que no lo hacía porque su padre figura en la lista de detenidos y desaparecidos. Ella reconoció después que no fue fácil sentarse en la mesa, y afirmó que este camino, "duro y difícil", puede llevar a obtener información sobre el paradero de las víctimas.

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Los militares asistentes, entre los que estaba el general Juan Carlos Salgado -que ha sido el enlace del jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, con Pinochet-, se retiraron sin hacer declaraciones.

El diálogo comenzó y su dinámica es impredecible, aunque hoy las distancias parecen insalvables entre el jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta -que comprometió a su institución con los militares procesados-, y la AFDD, que insiste en que la verdad y la justicia plenas sólo se podrán obtener a través de los tribunales.

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