La voz de la periferia

Nacido en 1947 al calor del Primer Festival Internacional de Edimburgo, el Fringe Festival debe su nombre a un reportaje periodístico de la época dedicado a las producciones presentadas al margen o en la periferia (fringe) del encuentro oficial. Las actuaciones, sobre todo de ballet y música clásica, atrajeron a tanto público que ocho compañías de teatro decidieron hacer lo propio un año después sin haber sido invitadas. La Universidad de Edimburgo puso en 1954 a su disposición una taquilla para la venta de entradas, así como un restaurante. Desde entonces, el éxito de "la voz más libre de la ciudad" ha sido imparable.Esta vez, sin embargo, la junta directiva del festival ha hecho llegar a sus miembros una nota donde les conmina a no criticar en público la organización ni el desarrollo del evento. Lady Smith, esposa del fallecido John Smith, anterior líder laborista, preside el comité desde 1995, pero ha declinado pronunciarse sobre el contenido de la misiva. Paul Gudgin, director del Fringe, sí ha hecho oír su voz. "Las discusiones hay que tenerlas en el seno de la junta directiva, donde puede hablarse con libertad y nadie es acosado", ha dicho. En las calles de Edimburgo, entretanto, la fiesta ha comenzado para los aficionados a todo lo alternativo. La mayoría de los 166 locales aprovechados por este festival están abiertos también para los artistas -la primera compañía que llega puede alquilarlos-. De ahí que se espere con interés una obra con un Jesucristo homosexual como protagonista o una producción que ha reconstruido, con fotografías, el Túnel del Alma, donde hace dos años falleció Diana de Gales.