Rosa Novell pone en escena un ácido retrato del mundo de la ópera
Fernando Guillén da vida a Benedetto Marcello en "Il teatro alla moda"
Empresarios, libretistas, compositores, divas, protectores y hasta las madres de las divas. Nadie se salva en el más ácido retrato sobre los modos de la práctica operística. La pluma del compositor italiano Benedetto Marcello (Venecia, 1686-Brescia, 1739) ajustó las cuentas al negocio de la lírica en el libro Il teatro alla moda (1720); más de dos siglos y medio después, el demoledor texto muestra su vigencia convertido en espectáculo escénico por la actriz y directora teatral Rosa Novell, en un montaje en el que el actor Fernando Guillén da vida a Marcello y que mañana se presenta en el Festival de Peralada (Girona).
"Es un texto divertido, irónico y revelador que sorprende por su absoluta vigencia", afirma Rosa Novell. En los ambientes teatrales de la Europa del siglo XVIII con la degradación del melodrama sometido a los caprichos de los intérpretes, los empresarios y un público cada vez menos exigente, la publicación de Il teatro alla moda cayó como una bomba. La ácida crítica de la obra, una pieza literaria de carácter satírico en la que Marcello denuncia sin piedad los malos modos de la producción artística, conserva su plena vigencia en el montaje dirigido por Novell.La directora teatral inventa un divertido espectáculo que combina texto y música a partir de una traducción y un diseño musical realizado por el periodista y crítico musical Agustí Fancelli. Fernando Guillén, que da vida en escena a Benedetto Marcello, también muestra su sorpresa por la modernidad y proximidad de un texto que pone en solfa los celos, las envidias y las miserias del ambiente teatral. "La egolatría y la pedantería de los tipos que critica Marcello siguen vigentes, y no sólo en la ópera. En muchos aspectos seguimos igual en el mundo del cine, el teatro o el rock", afirma el actor.
"Los amantes de la ópera se lo pasarán bomba, porque Marcello se carga a libretistas, compositores y divos con extraordinario sentido del humor, pero no hace falta ser un entendido para disfrutar de las claves del espectáculo. La gente se ríe mucho porque reconoce actitudes perfectamente extrapolables al mundo de hoy", comenta Novell.
En el montaje, con escenografía y vestuario de Marcello Grande e iluminación de Albert Faura, actúan la soprano Núria Rial, el barítono Vicenç Esteve y el conjunto instrumental Barcelona 216, dirigido musicalmente por David Albet. La visión escénica de Rosa Novell juega con el tiempo: "A la hora de poner en escena un texto literario, he optado por situar la acción en la casa de Benedetto Marcello, durante un ensayo", explica Novell. "El compositor va vestido de época, pero los músicos visten de forma actual, con pantalón y camisa negra, en un juego moderno y existencialista que pone en escena las imágenes que le vienen a la cabeza a Marcello mientras ensaya".
Fernando Guillén considera el reto de dar vida a Marcello como la experiencia más difícil y curiosa de su carrera. "Es un montaje insólito y atípico. Encierra todas las dificultades de un monólogo y, además, sobre un mundo como el de la música y la ópera, en el que no soy experto, pero es un espectáculo sumamente divertido y próximo para quienes vivimos la práctica teatral".
En esas imágenes intemporales encajan una serie de piezas de compositores posteriores en el tiempo a Benedetto Marcello, como Mozart o Donizetti, que ilustran los deseos artísticos del compositor. "Me encanta la intemporalidad de la propuesta, porque Marcello, además de reflexionar en voz alta sobre el mundo del teatro, lanzando una crítica cruel, revela sus intuiciones sobre el futuro de la música", dice Guillén.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.