Algas contra las aguas contaminadas

Una investigación científica realizada por la Universidad Pública Vasca (UPV) ha demostrado el alto potencial de las cianobacterias (algas verde-azuladas) para limpiar aguas contaminadas por nitratos y fosfatos, un problema medioambiental de gran actualidad debido a la expansión de las explotaciones agrícolas y ganaderas intensivas que han dejado como secuela elevadas concentraciones de estos compuestos en aguas y suelo. En España, las zonas más afectadas por este problema son las comunidades valenciana, andaluza, canaria y extremeña. La novedad del proyecto radica en que gracias a que muchas cianobacterias tienden a adherirse espontáneamente a las superficies, se han podido desarrollar técnicas de inmovilización celular por adsorción para así optimizar sistemas de descontaminación de nitratos y fosfatos del agua por cianobacterias. Juan Luis Serra, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UPV y miembro del equipo que ha realizado este trabajo, afirma: "Lo realmente importante del proyecto es la posibilidad de inmovilizar la cianobacteria sobre soportes poliméricos inertes, como esponjas de poliuretano". Según Serra, "si en lugar de cultivar las cianobacterias de manera libre, las cultivamos con esponjas, las algas son capaces de crecer en los poros de éstas y llegar a colonizar completamente su interior. Así, si pasamos agua potencialmente potable, es decir, apta para el consumo si no fuese por su elevado nivel de nitrato, por un reactor en el que tenemos esponjas y una pequeña cantidad de algas adsorbidas en su interior, obtendríamos agua perfectamente potable. Las algas verde-azuladas eliminarían los elementos contaminantes, empleando la luz solar y el CO2 presente en el aire para crecer". Lo que para nosotros es un agente contaminante, para las algas es un nutriente. Al sacar las esponjas del agua, se retira también el nitrato que forma parte de la biomasa algal. El agua entraría en el reactor con un elevado nivel de nitratos, las cianobacterias se alimentarían con éste y el agua al salir del reactor podría consumirse directamente. La Organización Mundial de la Salud pone como índice máximo de nitratos en el agua 50 miligramos/ litro, mientras que la UE lo reduce a 25 miligramos/ litro. "Hay lugares en España que tienen pozos subterráneos donde el agua tiene más de un gramo de nitratos por litro de agua", comenta Serra. "Este nitrato está presente en las aguas subterráneas principalmente de cultivos agrícolas en los que se emplean en exceso fertilizantes nitrogenados. Las plantas que se cultivan emplean sólo una pequeña parte del nitrato que se les proporciona. El que no se utiliza se va filtrando por el terreno hasta que alcanza, al cabo de un tiempo, las aguas subterráneas. Allí se acumula dado que el nitrato no se degrada". El estudio hecho en los laboratorios de la UPV, con la empresa Gaiker y la Universidad de Londres, se ha hecho con reactores de hasta 100 litros. Pasar a una escala mayor es ya una cuestión de ingeniería, pero es un proceso relativamente barato dado que las cianobacterias utilizan la luz solar como fuente de energía. Las cianobacterias se encuentran entre los seres más antiguos conocidos, pues se encontraron como fósiles en depósitos calcáreos del oeste del continente australiano que datan de casi 3.000 millones de años. De hecho, estos seres unicelulares fueron los responsables del cambio más drástico que ha sufrido la evolución de la Tierra, pues fueron los primeros en desprender oxígeno como consecuencia de su actividad fotosintética y ello posibilitó la aparición de una atmósfera aeróbica semejante a la actual, en contraposición a la carencia de oxígeno que había caracterizado a la atmósfera de la Tierra hasta ese momento. Muchos organismos vivos no pudieron adaptarse a este cambio y fueron extinguidos como consecuencia de la liberación de oxígeno desprendido por las cianobacterias durante su proceso fotosintético.