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Los radicales italianos convocan 20 referendos para modernizar el país

Si la política institucional es incapaz de llevar adelante las reformas que reclama la sociedad italiana, el Partido Radical y sus líderes, Marco Pannella y Emma Bonino, están dispuestos a suministrar el marco necesario para que cada ciudadano aporte su granito de arena a la modernización del país. ¿El método? Nada menos que una veintena de referendos que abarcan temas tan dispares como las retenciones fiscales, los contratos a tiempo parcial, la diversificación de la carrera judicial o la reducción de la prisión preventiva.

A través de los referendos, un sistema de política directa al que los radicales son muy aficionados, éstos últimos pretenden incluso la reforma de la ley electoral. Se trata del más ambicioso paquete de medidas para liberalizar la sociedad italiana lanzado por los radicales desde la creación del partido. Medidas que requieren un impresionante apoyo popular, ya que deben presentarse avaladas por 12 millones de firmas. Una cifra no imposible si se considera que en sólo tres días, Bonino ha conseguido cerca de 700.000 adhesiones. El despegue de esta nueva campaña referendaria radical ha desatado una durísima polémica en Italia. Los sindicatos consideran la iniciativa un atentado contra su autoridad y su misma existencia; buena parte de los políticos, una intromisión en el sancrosanto terreno de las decisiones consensuadas y debatidas en el marco del Parlamento nacional; mientras, los empresarios guardan silencio y los intelectuales se pronuncian casi diariamente en la prensa nacional. Hay quien, como el periodista Eugenio Scalfari, ha dedicado un largo artículo a alertar sobre los peligros de esta deformación del sistema "hazlo tú mismo", que ha seguido la política italiana desde principios de los noventa, con el estallido de la campaña purificadora de los jueces de Manos Limpias. Basta leer el enunciado de los 20 referendos para comprender el porqué de tanta controversia. Mientras el Gobierno de centroizquierda ha hecho pública su preocupación por la audaz propuesta que, caso de salir adelante, representaría un verdadero terremoto político para el Ejecutivo, la oposición de centroderecha ha dado "libertad" de voto a todos sus miembros. Pero ¿qué pretenden los referendos? Enfocadas a cinco grandes sectores (trabajo, financiación pública, fiscalidad, sanidad y seguridad social, justicia y sistema electoral), las 20 cuestiones sobre las cuales se reclama la opinión de los italianos proponen la abolición de las oficinas de colocación de trabajadores, la liberalización total del trabajo a tiempo determinado, del trabajo a domicilio, además de la simplificación de los despidos. En un segundo paquete financiero, los radicales proponen, nuevamente, la abolición de la financiación pública de los partidos, y del reembolso electoral, así como la abolición de la financiación pública a los patronatos sindicales y la abolición de las retenciones sindicales voluntarias. Por si esto fuera poco revolucionario en un país donde el peso de los sindicatos es todavía enorme, otro de los referendos propone poner fin al sistema por el cual el empresario es el encargado de verter al fisco las sumas deducidas a los trabajadores. Los radicales creen que sería preferible que cada trabajador pagara individualmente sus impuestos, recibiendo un sueldo bruto y no neto. Además, se reclama la desmilitarización de la Guardia de Finanza (la policía fiscal italiana); se propone una edad de jubilación mínima de 57 años, siempre que se haya cotizado un mínimo de 40 años a la Seguridad Social; la posibilidad de suscribir pólizas con la sanidad privada sin costear la pública, así como la abolición de la obligación de suscribir una póliza de seguros con el instituto nacional. Otro capítulo que tocan los referendos, y que ha sido acogido con satisfacción por las fuerzas del Polo, es el que aborda las espinosas cuestiones relativas a la justicia. Se propone, por ejemplo, la separación de la carrera judicial entre el magistrado que investiga y el que juzga las causas. Pero además se reclama una responsabilidad civil para los magistrados que permita a los dañados por una decisión errónea ser resarcidos y la fijación de unos tiempos límites a la justicia, enormemente lenta en Italia. No podía faltar tampoco, siendo los referendos una iniciativa radical, la propuesta de cambio del sistema electoral para hacerlo más mayoritario. En esto, sin embargo, ni Bonino ni Pannella son pioneros. Los italianos acudieron ya a las urnas este mismo año para pronunciarse sobre el sistema electoral, pero el referendo no alcanzó el quórum del 50% de los electores más uno, necesario para pasar el listón de la validez.

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