EEUU promueve el uso de etiquetas contra el trabajo de los niños
Los ciudadanos, dispuestos a pagar más por productos hechos sin mano de obra infantil
En EEUU se ha desarrollado una especial sensibilidad contra las empresas que aprovechan los bajísimos salarios infantiles en países en desarrollo para producir con costes más bajos calzado deportivo, balones de fútbol, alfombras o té. Entre las iniciativas respaldadas por la Administración, un buen número de empresas y organizaciones humanitarias, está el objetivo de que se imponga el etiquetado obligatorio con información al consumidor sobre la fabricación del producto. En los acuerdos firmados, sin embargo, las empresas que han estado en el punto de mira de las denuncias consiguen evadir responsabilidades y maquillar su actividad. Sólo el 25% de los estadounidenses tiene la preocupación, cuando compra ropa, de saber si los vestidos han sido hechos en centros ilegales sin condiciones salariales y laborales, pero el 55% estaría dispuesto a pagar algo más por una prenda si le aseguraran que no había sido hecha en uno de esos centros, según un sondeo del canal de noticias económicas de televisión MSNBC. Publicidad negativa El Departamento de Trabajo de EEUU impulsa la generalización de etiquetas en todos los productos para combatir la explotación infantil en particular y el funcionamiento de centros ilegales de trabajo en general, y recomienda "a los importadores y distribuidores que respalden las iniciativas destinadas a que los consumidores sepan que lo que compran se ha hecho sin la utilización de trabajo infantil". Puesto que la publicidad negativa que genera el empleo de fuerza de trabajo infantil es grande -lo saben bien Nike, Disney, Guess, JC Penney, Kmart, Wal-Mart y Victoria´s Secret, denunciados por la organización Sweatshop Watch como "ejemplos" de particular descuido en la vigilancia de derechos humanos y laborales- el Departamento de Trabajo advierte que no sólo basta con lucir una etiqueta. Los Estados deben colaborar en el control estricto de las condiciones que se anuncian y en la exigencia de que la información sea clara y completa, que no se abuse de los logotipos y que no se confunda al consumidor. En las investigaciones realizadas tras el esfuerzo de empresas, organizaciones no gubernamentales y la Administración, se han identificado algunas de las peores situaciones de explotación infantil: por ejemplo, India, Nepal y Pakistán cuentan con los mayores centros de elaboración a mano de alfombras por parte de niños. Las consecuencias se traducen en enfermedades respiratorias, deformidades de la columna y retrasos en el crecimiento. En el calzado deportivo, en el que los niños trabajan largas jornadas en condiciones peligrosas, expuestos a sustancias químicas y con sueldos mínimos, los países mencionados son México, India, Pakistán y Brasil. Los balones de fútbol hechos por niños suelen venir de Pakistán e India.
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