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MUJER

Jaque a la veda femenina en L'Albufera

Justicia y Administración ponen cerco a la discriminación de las mujeres que quieren pescar

Qui té un fill té una finca, qui té una filla no té res (quien tiene un hijo tiene una finca, el que tiene una hija no tiene nada), repiten desde hace siglos a orillas del lago valenciano de L"Albufera. No en vano, la pesca fue hasta hace poco una de las contadas fuentes de riqueza en la pedanía de El Palmar y sólo los hijos varones de los pescadores heredaban el derecho a echar las redes.Pero la veda femenina en el lago puede tener los días contados. Tras cinco años de lucha contra esta discriminación sexual, cinco mujeres de El Palmar, hijas o nietas de pescadores de 31 a 55 años, respaldadas por la Asociación de Amas de Casa Tyrius, confían en formar parte de la cofradía en octubre, cuando comience la temporada de pesca. Su optimismo se basa en las últimas decisiones judiciales y administrativas que han estrechado el cerco en torno a la cofradía.

"Ha sido un proceso muy doloroso, como un parto sin anestesia epidural", compara la portavoz de las mujeres, Carmen Serrano. Un parto que en realidad se inició a mediados del siglo pasado, según recoge el libro de Ricardo Sanmartín L'Albufera y sus hombres, cuando una mujer llamada María fue rechazada por la cofradía "por no ser costumbre ni conveniente".

La Audiencia de Valencia ordenó en junio que se ejecutara provisionalmente la sentencia que obliga a la cofradía a aceptar el ingreso de las demandantes, a indemnizarlas y a cambiar sus normas, hasta que se pronuncie el Tribunal Supremo (ante el que han recurrido los pescadores). Pero el primer domingo de julio, la fecha anual en la que se registran las altas y bajas, las mujeres se encontraron la puerta de la comunidad cerrada. La cofradía suspendió el acto alegando la necesidad de efectuar un "paro biológico" ante la escasez de anguilas.

Entonces intervino el Ayuntamiento de Valencia, propietario del lago, que hasta ahora había actuado con tibieza. En el pleno del pasado jueves, que giró alrededor de este tema, se aprobó por unanimidad una propuesta de la alcaldesa Rita Barberá, del PP: concederle un ultimátum a la cofradía. O celebran el sorteo de redolins (en el que se reparten los puestos de pesca) y permiten el ingreso de las mujeres antes del 5 de septiembre, o lo hará el Consistorio. La cofradía replica que es "una intromisión en las competencias del poder judicial".

Durante el último lustro, el enfrentamiento entre la cofradía y las mujeres ha sido comparado por su visceralidad con el que mantuvieron en el siglo pasado los pescadores con los labradores que aterraban el lago para plantar arroz. Tíos y sobrinas han llegado a cambiar de acera para no desearse un bon dia.

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