La tormenta provocó en Jaén el desalojo de 50 familias

Los primeros datos de los daños ocasionados por la tormenta que cayó el martes por la tarde en la provincia de Jaén están saliendo a la luz. Más de 2.000 hectáreas de olivar han perdido la cosecha, según explicó ayer la delegada del Gobierno andaluz, María del Mar Moreno. La localidad más afectada por los daños a este cultivo es Arquillos, desde donde se ha planteado pedir la declaración de zona catastrófica teniendo en cuenta que los habitantes de este municipio viven de la aceituna. En Linares la consecuencia más directa de la violencia con la que cayó el agua y el viento sobre la localidad ha sido el desalojo de unas 50 familias en la barriada del Cerro. Sus viviendas sufrieron de inmediato las consecuencias de vientos que llegaron a los 100 kilómetros por hora. La evaluación definitiva de los daños no se ha realizado aún. Los técnicos de las diferentes administraciones hacían ayer recuento en la decena de localidades dañadas por una tormenta que apenas duró cinco minutos. La Junta ha anunciado que tramitará por la vía de urgencia la construcción de las viviendas sociales del Cerro de Linares, aunque las casas afectadas se van a arreglar de forma provisional para que las familias puedan abandonar un instituto que se ha habilitado para acogerlas temporalmente. Estas personas se reunieron ayer ante las puertas del Ayuntamiento para protestar por la situación en que se encuentran. María del Mar Moreno calcula que el año próximo estos vecinos podrán disponer de las nuevas casas, que construirá la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA). La organización agraria Asaja ha solicitado a las administraciones que actúen coordinadamente ante los daños del temporal, que, según sus datos, ha afectado a cultivos como remolacha, algodón, pimiento de piquillo, hortalizas y viñedos, "hasta el punto de que se han perdido íntegramente las cosechas".