Los expertos advierten sobre "el ruido privatizador" en Sanidad

La salud pública es una ley suprema. Ya se decía en latín, y en el ocaso del siglo XX resulta un lema de fama casi universal. Entre los españoles, además, el Sistema Nacional de Salud (SNC) goza de una complacencia tan fuera de lo común que el 83% de los consultados condenaría sin paliativos que su gestión cayera en manos privadas. En términos comparativos, el gasto sanitario en España, un 7,6% del PIB, es inferior a la media de la Unión Europea y está bastante alejado de lo que invierten países como Alemania ( 9,6%), Francia (9,9%) o Bélgica (9,6)."Nadie cuestiona los sólidos principios sobre los que se asienta el Sistema Nacional de Salud: universalidad, equidad y calidad, ni que supone un eje vertebrador de nuestro Estado de derecho, un importante factor de cohesión social y una conquista de la sociedad, construido con gran esfuerzo por varias generaciones", dice José Ignacio Echániz, uno de los redactores del informe de la Fundación Hogar del Empleado. Es diputado del PP y fue ponente de la ley que abrió paso a lo que llama "nuevas formas de gestión en el Sistema Nacional de Salud".

Echániz pone el énfasis en los "problemas y carencias" del SNS y en los "grandes objetivos" de su reforma, tales como "motivar e involucrar a los profesionales", "otorgar mayor poder a los ciudadanos" o "mejorar la eficiencia". Una subcomisión parlamentaria, dice, ha discutido ya sobre las reformas que necesita el sistema público de salud y ha planteado "la exigencia de dotar de mayor autonomía de gestión a los centros sanitarios".

Habla de las famosas fundaciones públicas sanitarias (FPS), es decir, del caballo de batalla que tiene en ascuas a muchos españoles que piensan que es el primer peldaño de una privatización de centros hospitalarios. Es lo que en el informe se llama "el ruido privatizador". El diputado Echániz recoge el reto, lo niega y lo razona.

Romper el monopolio

Zozobra o certeza, lo cierto es que la Fundación Hogar del Empleado requirió la opinión de otro experto, para recogerla también en el informe sobre Políticas sociales y Estado de bienestar en España. Se trata de José Manuel Freire, ex consejero de Sanidad del Gobierno vasco y ex director de la Escuela Nacional de Salud en tiempos del PSOE. Freire le niega la mayor al diputado Echániz, y recuerda, antes de entrar en materia, las proclamas electorales del PP, cuando este partido era oposición, en el sentido de que había que "romper el monopolio asistencial del Estado". Además, alude a la política que está llevando a cabo el Gobierno de la Comunidad Valenciana, del PP," fuera de los focos centristas de la política nacional".

"Es gravemente privatizadora. Los habitantes de Alzira y su comarca han visto cómo sus servicios sanitarios han sido transferidos por concesión administrativa en régimen de monopolio a una compañía aseguradora privada", explica Freire. ¿Responde este presunto esquema privatizador del Gobierno del PP a la idea de la Private Finance Initiative puesta en marcha por el largo Gobierno conservador de Margaret Thatcher en el Reino Unido? Freire analiza las consecuencias de aquel experimento fracasado y advierte de que en Valencia el PP "ha ido mucho más lejos", ya que no se trata "sólo de la financiación con capital privado de un hospital público -idea original británica-, sino que también se ha incluido la gestión asistencial privada, dejando la atención sanitaria de toda una comarca en manos de un consorcio privado, a través de una concesión administrativa". Todos los subrayados son del autor del informe, que añade: "Ni Margaret Thatcher ni los conservadores de ningún otro país europeo se han atrevido a ir tan lejos en la privatización de la sanidad pública".

Parece imposible tanta disparidad de análisis sobre una cuestión aparentemente diáfana. Pero Freire achaca las simulaciones al "descrédito de la reforma conservadora británica". La sola idea de que alguien pueda hacer dinero con la sanidad pública goza de pésima salud.