El Festival de Málaga se vuelca con Tony Leblanc en un emotivo homenaje
Andrés Pajares, Laura Valenzuela y Santiago Segura elogian al actor
Desde que Santiago Segura decidió rescatarle de la enfermedad y el olvido con un papel hecho a medida en Torrente, el ex boxeador, bailarín y cómico Ignacio Fernández Sánchez, Tony Leblanc, ha vivido un constante baño de cariño popular. El Festival de Cine Español de Málaga se sumó a esta serie de homenajes en una gala emotiva, donde el actor, jovial y preciso, mostró que domina el oficio a la perfección.
Antes de que el actor, emocionado, dejase las bambalinas del Teatro Cervantes para sumergirse en cuatro minutos de ovación en pie del teatro, cuatro amigos le habían calentado el ambiente. Primero fue Andrés Pajares, haciendo de cómico heredero y agradecido a quien le dio una primera oportunidad en el teatro. A éste le siguió el escritor y columnista malagueño Manuel Alcántara, que leyó en clave poética y la época donde Leblanc llegó a ser campeón regional de boxeo.Apareció luego Laura Valenzuela, casi tan joven como su hija Lara Dibildos, que no paró de recordar lo grande que era Tony y lo gracioso, tanto que en una película se le olvidó darle réplica. Y por fin, el que todos esperaban, Santiago Segura, que por una vez no hizo de irónico amiguete y declaró lo mismo que escribe en el prólogo del libro sobre Leblanc editado por el festival, Genio y Figura, un muy competente ensayo escrito por Marcos Ordóñez: "Tony es mi ídolo".
Así que cuando entró el actor el teatro se cayó. Y él calló los aplausos. Dijo: "No sabía que me queríais tanto. No estoy emocionado, estoy acojonado". Y se puso a recordar las veces que había hecho reír en ése y en tantos otros teatros. Y respondió uno por uno, como si fuera una academia, a sus predecesores. En el palco de honor, María Barranco y el concejal de Cultura del PP, Antonio Garrido, rivalizaban en lágrimas mientras Leblanc soltaba frases memorables.
"Fui un bachiller del asfalto"; "he hecho de todo, pícaro, tonto, sacerdote o maricón con el máximo respeto para haceros reír", o "no soy un hombre importante porque no tengo enemigos importantes" . Frases que iba soltando un Tony rejuvenecido, que llegó a soltar el bastón, marcar fintas de boxeo y besar el suelo del teatro. Luego dedicó su homenaje a Antonio Banderas, quien hace once años le dijo: "Maestro, qué gran actor es usted".
Pero a quien Tony Leblanc esperaba era a Santiago Segura. Se puso en su tono: "Yo tengo dos cojones y te lo digo en tu cara, tú has sido el promotor de todo esto y ahora me tienes que hacer un papel en tu próxima película, y sin bastón para que gane el tercer Goya. Y si no lo haces es una hijoputada". El teatro volvió a caerse.
El resto del día de ayer fue de transición. Nadie acudió a promocionar la película El entusiasmo, mientras la dirección del festival trataba de justificar las ausencias. Al final del día, el director Antonio Isasi fue también receptor de un homenaje. Pero ya la gente estaba en otra. En la calle, algunos que habían pedido autógrafos a Leblanc la noche anterior tomaban la ciudad porque su equipo de fútbol había ascendido a Primera División.
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