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Los diabéticos se rebelan contra el Insalud por quitar las recetas para el control de glucosa

El Colegio de Farmacéuticos secunda la protesta de estos 180.000 enfermos crónicos

Los 180.000 enfermos de diabetes de la Comunidad de Madrid han recibido "como un botellazo", en expresión de su portavoz, José Antonio Maté, el sistema implantado por la Administración sanitaria para obtener las tiras reactivas para el control de la glucosa. Este producto, que los diabéticos deben utilizar una o dos veces al día, se obtenía hasta ahora en farmacia con receta médica, pero ahora se distribuye en los centros de salud. El subdirector provincial del Insalud mantiene que la medida trata de ahorrar trámites a los pacientes, pero no parece haberlo conseguido.

El nuevo sistema de suministro de las tiras reactivas tiene soliviantados a los diabéticos madrileños, que desde el pasado 15 de abril deben obtener este producto en la consulta de su médico de cabecera, y no en las farmacias. En la batalla contra la Administración cuentan con un aliado destacado, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, que ve cómo se les esfuma de las boticas un considerable sector de su negocio.El director general de la citada institución, Carlos Ibáñez, ha elaborado un comunicado en el que atribuye a la decisión del Insalud "graves problemas sanitarios, económicos y sociales para estos enfermos crónicos, así como [trastornos] a la propia estructura de las farmacias".

El subdirector provincial de Atención Primaria del Insalud, Fidel Illana, recalcó que la nueva modalidad de suministro de las tiras "representa grandes ventajas" para los enfermos. "La Administración consigue un precio más ventajoso, sin duda, porque la industria farmacéutica le suministra directamente el producto", reconoció, "pero el objetivo fundamental es facilitarle las cosas al enfermo".

Un viaje menos

En este sentido, Illana recordó que, con el anterior sistema, el diabético tenía que recoger la receta, visarla ante los servicios de inspección y retirar el producto de la farmacia, "mientras que ahora, en el mismo viaje en el que recoge las jeringuillas, puede aprovechar y llevarse también a casa los reactivos".

Sin embargo, el portavoz de la Federación de Asociaciones de Diabéticos de Madrid, José Antonio Maté, es de muy distinto parecer. A su juicio, detrás de las buenas intenciones del Insalud se esconde un motivo más de engorro para el insulinodependiente.

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"Cuando un señor cae enfermo se le receta un antibiótico. ¿Por qué a nosotros, enfermos crónicos, nos complican la vida? Hay pocos centros de salud y casi 2.000 farmacias en la región, así que nos parece mucho más lógico acudir a las farmacias".

Maté admitió que, en el profundo recelo que profesa al nuevo sistema de las tiras reactivas, pesa la "mala experiencia" vivida con la distribución de jeringuillas en los centros de salud, una práctica que se instauró hace ocho años.

"Hay que ir a recoger las jeringuillas una vez al mes, con los trastornos laborales que ello implica. En algunos centros te las dan desde el mostrador, delante de los ojos de todo el mundo, y algunos médicos sugieren que utilices cada unidad para tres o cuatro pinchazos", relató. Y agregó: "Lo más desesperante de todo se produce cuando el profesional te comunica que no ha llegado el pedido y que debes volver otro día. Ahora, con las tiras reactivas, este descontrol lo sufriremos por partida doble".

La queja y las lentejas

El subdirector del Insalud se confesó "disgustado" con las críticas de los diabéticos. "Comprendo hasta cierto punto que se subleven las farmacias, porque de por medio hay un componente comercial y todo el mundo defiende sus lentejas", argumentó, para añadir: "Las quejas de los enfermos, en cambio, me dejan muy mal sabor de boca. Con ellos estuvimos negociando todos los pormenores. Descendimos hasta detalles como que las jeringas se entregaran envueltas en una bolsita". Maté le enmienda: "El Insalud es incapaz de comprender que este nuevo sistema nos lo enreda todo. Por ejemplo, si me quedo sin tiras en Toledo, ¿me vuelvo desde allí hasta mi centro de salud?".

Detrás del conflicto hay varios miles de millones de pesetas en juego. Cerca del 4% de la población española, casi dos millones de personas, es diabética y requiere a diario de este producto.

En 1996, una caja de 50 tiras reactivas de One Touch, una de las marcas más conocidas, costaba en la farmacia 7.054 pesetas. En la actualidad, los laboratorios están abasteciendo al Insalud por menos de 3.000 pesetas, según la Federación de Asociaciones de Diabéticos.

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