La experiencia rusa de Julia Ormond
La experiencia rusa de Julia Ormond fue cualquier cosa menos glacial. "En comparación con otras películas que he rodado en Estados Unidos o en Inglaterra, creo que allí se hace cine con más pasión, con más entrega. Mis compañeros de reparto fueron muy generosos", aseguró ayer la actriz británica durante la presentación de El barbero de Siberia, de Nikita Mijalkov, que abrió fuera de concurso el Festival de Cannes. Ormond, tan guapa al natural como en el filme y capaz de conservar un aire de otra época con un sencillo vestido azul floreado, sin necesidad de meterse en el ornamentado vestuario del XIX, relató que Mijalkov le habló de su papel "durante horas y horas" cuando preparaban la película. "Tenía miedo de no acordarme de todos los detalles, de todas las informaciones que me transmitió", agregó la protagonista de filmes como Leyendas de pasión o el remake de Sabrina."Uno de los motivos por los que quería trabajar en esta película era la pasión por los detalles de Nikita. Es un director que representa un desafío constante, que siempre está subiendo el listón a lo largo del rodaje, que siempre te pide más", señaló.
Al interpretar, como por otra parte es obvio, un papel femenino, Ormond se libró de la parte más dura de la minuciosidad del realizador. Gran parte del filme transcurre en una academia militar de la Rusia zarista y los intérpretes que encarnan a los cadetes, entre ellos el protagonista, Oleg Menshikov, pasaron nueve semanas en un internado en las mismas condiciones de disciplina de la película. "No tuvieron el primer permiso hasta pasado un mes", dijo Mijalkov con orgullo.
Babelia
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