"Es indispensable para nosotros que la OTAN entre en Kosovo"
Desde el balcón de la casa de la viuda del dictador albanés Enver Hoxha, Nexhmije, se pueden ver los helicópteros estadounidenses en el aeropuerto de Tirana. A ella, a sus 78 años, no le parece una ironía del destino. "Es indispensable para nosotros que la OTAN entre en Kosovo", dice sentada en un sillón verde. Es uno de los cuatro que existen en su casa, una habitación amplia con una cama, seis maletas sobre un armario, una televisión descomunal y una librería discreta con libros de Lenin y de su marido. Nexhmije tiene miedo a hablar. Hace dos años y medio salió de la cárcel, donde pasó cinco. Jamás concede entrevistas. Ésta ha sido una excepción. La historia revolucionaria de España le ablandó el corazón."Milosevic no es un comunista, es un criminal que se ha servido de esa ideología para alcanzar el poder". Sigue las noticias procedentes de Kosovo sentada bajo una enorme fotografía de Enver. Es de 1982. A la derecha destaca otra de ella con 22 años y la estrella roja en el pecho. Pero le quedan lejos esos años de esplendor. Ahora es una jubilada con una pensión de 40 dólares al mes. "Ya hemos ganado la primera batalla. Milosevic pretendía desestabilizar Albania con la expulsión hacia nuestro país de decenas de miles de kosovares, pero aquí el pueblo ha dado una lección de solidaridad tremenda".
Nexhmije conserva la voz firme de quien estuvo acostumbrada a mandar. "Soy consciente de que lo que hace la OTAN con Kosovo obedece a un plan estratégico. A EEUU no le importan los refugiados, lo que persigue es abrir un nuevo corredor hacia Oriente". La viuda de Enver Hoxha, con quien compartió 45 años de su vida -40 de ellos en el poder-, tiene fama de haber sido una pieza clave en el engranaje ideológico del régimen. Se declara comunista aunque admite errores. Un ejemplo: "Debimos permitir que los campesinos tuvieran la propiedad de la tierra".
La vieja, como la denominan hoy los albaneses, dice no comprender la actitud de la izquierda europea en el caso de Serbia: "Se preocupan mucho por los bombardeos sobre Yugoslavia, y en cambio no denuncian lo que sucede en Kosovo; están muy equivocados".
"Mi marido y yo siempre soñamos con la reunificación de Albania. Éste era un asunto del que hablábamos muy a menudo: unir nuestro país con Kosovo ha sido un deseo que siempre ha estado en nuestros corazones. Ahora, tal vez estemos ante la mayor oportunidad de conseguirlo. Con los mejores hijos de Kosovo luchando en la guerrilla. Creo que Estados Unidos tiene miedo al UÇK , tiene temor a armarle y también a enviar a sus soldados sobre el terreno. Cuando se quiere conseguir un objetivo es necesario asumir un riesgo".
Nexhmije juega con el doblez de su jersey, mira al interlocutor a los ojos y sonríe cuando habla de la época en la que conoció a Enver. "Era una persona que imponía mucho respeto, pero también era muy cariñoso, escuchaba a todo el mundo. Su magnetismo estaba en su sonrisa y en su mensaje".
La vieja sostiene que Albania ha perdido su dignidad desde la caída del comunismo. "La libertad necesita cierta educación previa, ustedes llevan siglos, pero nosotros, tras cinco siglos de ocupación turca, no estábamos preparados. La gente se ha hecho egoísta y sólo piensa en su propio beneficio".
Se casó con Enver en 1942. Él era 14 años mayor. Nexhmije es una mujer política, que sin duda ha influido en muchas de las decisiones de su marido. Admite que durante su Gobierno, en Albania había leyes muy duras, pero niega que existiera una represión generalizada. "Aquí no teníamos disidentes, tan sólo unos cuantos descontentos, los demás eran contrarrevolucionarios y revisionistas". Ella olvida los fusilamientos, los castigos físicos, y el internamiento en psiquiátricos y el aislamiento terrible al que se sometió al país. "No fuimos nosotros los que lo decidimos. Fueron los Gobiernos occidentales. Cuando rompimos con la Unión Soviética, nadie supo comprender su significado. No tuvimos más opción que China".
Al despedirse, en el quicio de su puerta, habla con respeto de la Pasionaria: "Era una mujer con muchísima fuerza, extraordinaria". ¿Se arrepiente de algo en su vida? "Todo lo que hicimos era por el bien del pueblo. En el juicio me acusaron de haberme enriquecido, pero todo lo que tengo cabe en una habitación".
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