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Schröder está seguro de que España aceptará su oferta sobre los fondos de la Unión

El canciller alemán, Gerhard Schröder, afirmó ayer que la presidencia alemana está en condiciones de presentar en la próxima cumbre de Berlín una propuesta sobre la financiación europea que con "toda seguridad" será aceptable para España. El presidente del Gobierno español, José María Aznar, coincidió en apuntar que "existe margen" para llegar a un acuerdo. Una señal inequívoca de que se está fraguando un compromiso es la aceptación por parte de la presidencia de la iniciativa española de crear un fondo que financie los gastos que generan los asilados y refugiados en la Unión.

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A menos de una semana de la cumbre extraordinaria de los Quince que debe aprobar en Berlín los presupuestos de la Unión Europea para el periodo 2000-2006, hay cada vez más señales de que se está procediendo a una convergencia de intereses. Incluso la crisis institucional abierta por la dimisión de la Comisión Europea puede ayudar a que los jefes de Estado y de Gobierno decidan pactar cuanto antes las perspectivas financieras de la Unión, aseguraba ayer un alto funcionario español.El presidente del Gobierno español parece participar de esta opinión, ya que condicionó el relevo de la Comisión a un acuerdo sobre el presupuesto. "Hasta resolver la Agenda 2000 es muy difícil hacer nada, por no decir imposible", afirmó ayer Aznar ante el canciller Schröder en la breve conferencia de prensa que cerró su visita a Madrid.

Schröder llegó a la capital española procedente de Portugal en su gira por las capitales de la Unión para preparar el Consejo de Berlín. Tras una una entrevista de cerca de dos horas con el Aznar, el canciller alemán aseguró que, aunque existen diferencias en cuestiones específicas, se encontrará una solución en la reunión de Berlín basada en un "equilibrio razonable". Alemania insiste en reducir los desequilibrios presupuestarios excesivos de algunos Estados miembros y España no quiere que ello implique un reducción de las políticas de cohesión social de la Unión.

La dimisión en bloque de la Comisión también fue abordada en la reunión, y no parece que hubiera identidad de criterios sobre el modo de resolver la crisis.

Aznar insistió en que la situación creada es "objetivamente mala", ya que se han roto determinados equilibrios institucionales y reiteró que la Comisión debe seguir ejerciendo sus funciones "plenamente" hasta que sea sustituida. "Lo menos malo es que la elección de los sustitutos se produzca después de las elecciones europeas del próximo 13 de junio", añadió Aznar.Schröder, partidario de proceder a un rápido relevo de la actual Comisión, se limitó a decir que el tema será abordado en la cumbre de Berlín, pero admitió que no sabía si se llegaría a un acuerdo.

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Según fuentes diplomáticas, y salvo sorpresas, dos candidatos destacan en este momento para presidir la Comisión: el primer ministro holandés, Wim Kok, y el ex primer ministro italiano Romano Prodi. Otros candidatos como el primer ministro portugués, Antonio Guterres, por su voluntad de seguir en la política portuguesa, o el español Javier Solana, al que absorbe en estos momentos su cargo al frente de la OTAN, parecen descartados. Schröder, que dibujó ayer en Madrid el perfil del candidato ideal, descartó también el nombre del ex canciller alemán Helmut Kohl.

Mientras tanto, su ministro de Exteriores, Joschka Fischer, advirtió ayer de que un fracaso de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE haría peligrar la ampliación al Este, informa desde Bonn. En ausencia del canciller, Fischer asumió ayer la responsabilidad de informar al Parlamento sobre los avances hechos en la Agenda 2000. El ministro pidió reiteradamente a la oposición conservadora que apoye la política europea del Gabinete rojiverde, como los socios de la coalición gubernamental actual apoyaron en el pasado la política europea del ex canciller Helmut Kohl. Fischer instó a la oposición a no formular "exigencias irreales" como las reivindicaciones de Edmund Stoiber, el jefe del Gobierno de Baviera, que pide una rebaja de 7.000 millones de euros de la contribución alemana.

Si no se llega a un acuerdo en Berlín, Europa se verá amenazada por una "recaída en el egoísmo nacional", señaló el ministro, para quien precisamente ahora la necesidad de éxito es "más urgente que nunca". La aprobación de la Agenda 2000 en Berlín sería una señal de que Europa mantiene su capacidad de maniobra, afirmó.

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